Que cada uno piense lo que quiera. Mi valoración es que para cada prueba se deben dar una serie de cosas que hay que juntar para luego estar en el sitio en la carrera. Ayer no se dieron todos esos aspectos.

No era maravilloso salir sexto en el Gran Premio de la República Checa, pero después de la caída en los entrenamientos del viernes no estaba mal. Nos manteníamos contentos porque permanecían intactas las posibilidades de subir al podio. Y lo cierto es que Efrén Vázquez se cayó ayer precisamente formando parte de esa batalla por pisar el cajón. Pero como he dicho antes, que cada uno piense lo que quiera.

El piloto de Rekalde comenzó la prueba con un segundo de diferencia respecto a Terol, el hombre que marcó la pole el sábado. Si bien, en carrera el bilbaino fue capaz de alcanzar los mismos ritmos que la cabeza de carrera. Sin embargo, la falta de adherencia en el neumático trasero terminó llevándole al suelo. La verdad que yo no daba crédito, porque si te patina porque vas delante y tirando... Pero ahí detrás... Y sufriendo... La verdad es que cuando la moto no está al 100% y vas a degüello buscando no descolgarte del grupo hay posibilidades de caída, pero cuando ruedas más adelantado.

El balance es de todos caídas y un cero. El piloto se pregunta si es la moto o si es uno mismo, que en este caso no es lo segundo, pero solo puedes consolarte pensando que quedan carreras, muchas y buenas. Este deporte es así. O lo cuentas por victorias o por derrotas. Por suerte o por desgracia.

Ahora solo queda seguir luchando. No desesperar. No queda más remedio que sobreponerse. Desde luego, aunque Efrén se marcha de Brno con dos arrastrones, la moral no desciende lo más mínimo.