Donostia. Doce años después de Laurent Jalabert, la Prueba Villafranca-Clásica de Ordizia volvió a hablar ayer en francés con el triunfo de Julien Simon. Si bien Jaja confirmó el pronóstico en 1999, cuando corrió el Giro de Italia -acabó cuarto y ganó tres etapas- en lugar del Tour de Francia; Juju, como le conocen al bretón del Saur-Sojasun, sorprendió al sprint al grupo de siete que terminó aflorando en el quinto y último paso por Abaltzisketa.
Simon (Rennes, 1985) batió en el repecho de meta a dos ciclistas con poso en la categoría, Daniel Moreno (Katusha) y Pablo Lastras (Movistar), quien repitió el tercer puesto de la pasada edición; y a dos jóvenes a los que su calidad les extiende una alfombra roja hacia el futuro, Jon Izagirre (Euskaltel-Euskadi) y Ángel Madrazo (Movistar). Los otros dos integrantes del septeto no llegaron a disputar al sprint, pues Peio Bilbao se fue al suelo a 500 metros de la pancarta, justo delante de Joaquim Rodríguez, quien quedó descartado tras animar la parte final con un ataque en Abaltzisketa que fue neutralizado a menos de 3 kilómetros.
Los tres equipos ProTour, Katusha, Movistar y Euskaltel-Euskadi, dominaron la prueba y se plantaron con dos ciclistas de cara al sprint, pero ganó la única baza del Saur Sojasun, Julien Simon, un bretón camino de los 26 años que estrenó su palmarés: "Estoy feliz. Tras no ir al Tour, he entrenado bien en julio, vengo de estar una semana en los Alpes, y he ganado. Con los rivales que tenía al lado, no podía hacer otra cosa que jugármela al sprint", indicó.
Simon es el ojito derecho de su paisano Stéphane Heulot, quien lo reclutó para su equipo sub'23, el Super Sport 53 de su localidad natal, Noyal-Châtillon-sur-Seiche. Cuando el exciclista fundó en 2009 el Besson Chaussures-Sojasun -desde 2010, Saur-Sojasun-, fichó a Simon, que había debutado un año antes con el Crédit Agricole. El mánager de la formación gala lamenta que su pupilo no tenga más iniciativa en carrera: "Tiene mucha calidad, pero se lo tiene que creer; es el único del equipo que no cree en él. Si tuviera el temperamento de Yannick Talabardon, sería un corredor extraordinario", subrayó. "No estaba obligado a atacar, porque había otros más fuertes", afirmó Simon. Aguardó hasta la recta final y estrenó su casillero.
Bravo, al ataque La carrera fue muy rápida, con una media de 41,01 kilómetros por hora, muy alta para el recorrido y la lluvia que casi no cesó. Pese a los constantes ataques, la fuga se demoró. Salió por fuerza, en el primer paso por Abaltzisketa, cuando arrancaron Gari Bravo (Caja Rural), Antonio Piedra (Andalucía-Caja Granada) y Pascual Orengo (Burgos 2016). Cuando alcanzaron el minuto, por detrás saltaron Benjamin Giraud (La Pomme) y Noel Martín, que quiso lucir el maillot retro diseñado por Orbea para conmemorar los 25 años desde su debut profesional, entonces con la SD Danena. Llegaron a estar a 35 segundos a pie del segundo paso por Abaltzisketa, pero no se acercaron más.
El trío de cabeza dispuso de hasta 5:30 a falta de 90 kilómetros, una renta que encendió las alarmas del Katusha. La formación rusa comenzó a trabajar, dejando claro, por si había dudas, que Purito venía a por el triunfo. Al impulso de Katusha y en menor medida Movistar, la aventura acabó en la penúltima subida a Abaltzisketa (km. 118), tras coronar por primera vez Altzo, cuya bajada, muy peligrosa, rompió el pelotón. "Al menos ganamos la montaña", se felicitó el lazkaotarra, que en 2010 se anotó las metas volantes: "Voy progresando".
Movistar toma la manija Con mayoría de Movistar y Katusha en el grupo, los de Alfonso Galilea comenzaron a mover la carrera. "No nos la podíamos jugar al final con Purito, que sabemos de su calidad y aún nos falta algo para la Vuelta", puntualizó David López. El de Barakaldo saltó en la parte final de la subida, se tiró para abajo, e inició la última vuelta con 35 segundos sobre medio centenar de ciclistas, siempre con Katusha por delante, con Horrach, Losada y un espléndido Eduard Vorganov. López aguantó en pie hasta Altzo, donde Mikel Bizkarra (Orbea) trató el imposible de saltar, ante el ritmo que imprimió Aitor Galdos (Caja Rural). Se estaba cociendo la carrera. Jesús Herrada (Movistar) coronó con unos metros, pero fue cazado en la bajada, en la que Izagirre se cayó al encontrarse con una moto en el suelo.
Con solo una treintena por delante, Abaltzisketa realizó su última criba. Se movieron Herrada (otra vez) y Mauricio Ardila (Geox), pero fueron fuego de artificio mientras Purito cargaba sus baterías. El catalán abrió fuego a la salida de la herradura, e hizo daño. No le bastó para ganar. Tras su ataque se formó el sexteto que se jugaría la victoria, que en la cresta del alto cedía 23 segundos. En la bajada, Izagirre y Lastras se jugaron el tipo. El guipuzcoano ansiaba suceder en el palmarés a su hermano Gorka: "Pon el champán a refrescar", le había escrito la víspera en un sms a Gorka Telleria, uno de sus directores en su etapa junior. Hizo méritos para descorcharlo. Izagirre y Lastras aplacaron a Purito a tres kilómetros de la llegada: "Madrazo y Bilbao debían haberse movido, pero no lo hicieron. Pecaron de inexperiencia, porque al sprint no iban a ganar", reflexionó Lastras. El de San Martín de Valdeiglesias "sabía que Moreno es rápido, pero nos sorprendió el francés, al que no conocíamos". Era Juju, que sucedió a Jaja (1999), Laurent Lefevre (1997), Claude Seguy (1987) y Raymond Villemiane (1975).