1º Thor Hushovd (Garmin)3h47:36
2º David Moncoutie (Cofidis)a 10"
3º Roy Jérémy (Française des Jeux)a 26"
GENERAL
1º Thomas Voeckler (Europcar)55h49:57
2º Frank Schleck (Leopard)a 1:49
3º Cadel Evans (BMC)a 2:06
Etapa de hoy, 14ª: Saint Gaudens-Plateau de Beille, 168 kms. ETB1, Teledeporte y Eurosport, 15.00 h.
Lourdes. Rezagado en el último kilómetro de Luz Ardiden, Alberto Contador llega a meta y, domadas las pulsaciones y recuperada la palabra, habla de un gran día pese a que ha perdido 13 segundos con el grupo de los buenos, 43 con Samuel y 33 con Frank Schleck. "No lo esperaba mucho mejor", dice el español, que sufre como nunca en el Tour -las secuelas de las caídas, explica, la dura primera semana de accidentes que le ha impedido recuperar como exige el Tour, le ha molido a golpes e incluso le ha forzado a cambiar su forma de pedalear-, pero encuentra en el reto de negar lo aparente la fuerza para no hincar su maltrecha rodilla derecha. Así que cuando le preguntan si esto se puede remontar, si aún puede ganar el Tour, responde enérgico, casi contrariado porque la cuestión cuestiona su fortaleza incuestionable desde 2007: "Por supuesto que puedo ganar este Tour. Si no, ¿para qué estoy aquí?".
A Contador le excita la dificultad. Se crece. Se agiganta. También le motiva en este Tour comprobar cómo las sensaciones que le transmiten sus piernas son cada día mejores, para lo que le vienen como anillo al dedo etapas como la de ayer, de Pau a Lourdes saltando por el largo y duro Aubisque y su breve continuación, el Soulor, situados demasiado lejos de meta, y propicio para que una fuga -la de Jeremy Roy, David Moncoutie y Thor Hushovd que acabó rematando el noruego campeón del mundo de una manera asombrosamente poderosa- permitiera rodar en calma al pelotón al ritmo del Europcar del corajudo líder Voeckler.
dos recuerdos, 2007 También le pudo inspirar ayer mientras escuchaba a sus piernas en el Aubisque, el recuerdo de su primer Tour, en 2007, pues allí se agarró a un segundo puesto que a la mañana siguiente, tras la expulsión de Rasmussen en la noche de Pau cuando era líder y patrón de la carrera, le dio el maillot amarillo, el primero, que ya no cedió hasta París. O, también un fuerte estimulador, puede servirle de acicate español la presencia de Plateau de Beille como última estación, hoy, del tríptico pirenaico. En esa cima logró Contador su primera victoria de etapa en la carrera francesa, vestido con el maillot blanco de mejor joven y ante el danés al que luego le quitarían el Tour.
"Recuerdo bien ese puerto de 2007", dijo ayer Contador; "es un puerto duro y puede ser un lugar perfecto para recuperar tiempo si te encuentras bien". Fue lo que hizo Marco Pantani en 1998, la primera vez que se escaló Plateau de Beille. El italiano atacó en el primero de sus 15,8 kilómetros -7,9% de pendiente media- y recortó a Jan Ullrich, líder entonces, 1:40. Ahí empezó la remontada que se plasmó finalmente bajo la lluvia de los Alpes, en aquella epopeya hasta Les Deux Alpes tras despegar las alas en el Galibier. En París selló Pantani el último doblete Giro-Tour de la historia. Después del pirata ganaron en Plateau de Beille Armstrong (2002 y 2004) y Contador (2007). Es una joven leyenda del Tour: todos ellos llegaron de amarillo a París.
En el mismo lugar en el que Pantani inicio la remontada que le llevó al último doblete Giro-Tour espera Contador iniciar la escalada que le lleve a su cuarto Tour, también a un doblete inédito en 13 años, para lo que primero deberá escuchar a su rodilla -ayer sintió cierta molestia al principio que desapareció según se acercaba a Lourdes, milagro, milagro- y luego a sus piernas. "Todo dependerá de cómo me respondan, pero no descartó la posibilidad de un ataque. Tengo qué ver cómo están los rivales, pero si veo la oportunidad, lo haré", dijo ayer el español, que volvió mencionar a Evans como principal favorito y a Basso como uno de los grandes jerarcas en la montaña. De los Schleck alabó su fortaleza y censuró su estrategia. "Los dos están bien pero se tienen que decantar por las opciones de uno de los dos porque si siguen jugando ambas opciones corren el riesgo de quedarse sin nada". No habló Contador de Samuel Sánchez, pero el líder de Euskaltel-Euskadi le pisa los talones en la general, donde es octavo a solo once segundos del español después del inspirado ataque en el descenso del Tourmalet y la sensacional subida a Luz-Ardiden. Hoy, en Plateau de Beille, donde Mayo llegó hundido en 2004, puede seguir Samuel su escalada hacia el podio.