LES HERBIERS (FRANCIA). "El público te da una motivación suplementaria, pero hay que esperar a ver cómo se desarrolla la carrera. Creo que Alberto no necesita tener al público de su lado para estar motivado, pero yo sí. Me gusta, creo que me va a ayudar", aseguró el líder del Leopard durante una rueda de prensa previa al inicio, mañana, de la carrera.
El menor de los Schleck asistió ayer, jueves, junto al resto del pelotón a los silbidos que los 7.000 espectadores que presenciaron la presentación de los equipos le dedicaron a Contador, pendiente de la resolución de su presunto caso de dopaje en el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS).
"No me pareció bien ni para el equipo (Saxo Bank) ni para Alberto, fue algo feo. Pero no pensé gran cosa. Lo que está claro es que los otros equipos tendrán más apoyo", aseguró el luxemburgués.
Schleck afirmó haber "pasado página" del incidente que protagonizó el año anterior con Contador, cuando el español atacó en un momento en el que a él se le había salido la cadena.
"Forma parte del pasado y el año pasado ya acabó. Estoy concentrado en éste. Lo único que espero es que todo vaya bien", aseguró.
El luxemburgués se mostró en desacuerdo con Contador en que el perfil de este año, con menos kilómetros contra el reloj, le dé ventaja.
"Está claro que es un recorrido que me va bien porque no tiene mucha contrarreloj y eso es una ventaja, pero Alberto mostró los años anteriores y también en este Giro de Italia que se encuentra muy cómodo en la montaña. Por eso no creo que el recorrido nos dé ventaja a ninguno de los dos", comentó.
Sin embargo, Schleck sí cree que puede obtener cierta renta gracias a la ayuda que le preste su hermano Franck en las etapas de montaña, un apoyo que no tuvo la edición pasada puesto que el mayor de la familia tuvo que abandonar pronto víctima de una caída.
"La caída de Frank fue un golpe duro el año pasado. Nos dejó a Alberto y a mí cara a cara, los demás ya sólo luchaban por la tercera posición. Si Frank hubiera estado conmigo puede que tampoco hubiera ganado, pero habría sido un Tour diferente, sobre todo en la montaña", señaló.
"Esta vez estamos los dos y espero que sigamos juntos en las etapas alpinas de la última semana. Puede que esa sea nuestra gran ventaja", indicó.
El luxemburgués también espera sacar provecho de su equipo en la contrarreloj colectiva del próximo domingo.
"Espero sacar algunos segundos a los otros favoritos. Con Fabian (Cancellara), Jacob (Fuglsang), Maxime (Monfort), Joost (Posthuma), Linus (Gerdemann) tenemos magníficos rodadores y Stuart (O'Grady) y Jens (Voigt) aportan la experiencia, que es algo formidable", comentó.
"Frank y yo trataremos de no perder la rueda", bromeó el luxemburgués antes de agregar que "las diferencias no serán tampoco muy grandes".
El menor de los Schleck restó importancia a su actuación en la pasada Vuelta a Suiza, donde tuvo muchos altibajos.
"No estaba al cien por cien y no peleaba por la general. Pero estoy satisfecho porque cuando ataqué para tratar de lograr alguna etapa me encontré bien, sobre todo al final", dijo.