EL acuerdo de renovar por dos años más a Dusko Ivanovic en el Baskonia ha traído todo tipo de opiniones. Después de toda la rumorología que había en torno al futuro del entrenador montenegrino, seguro que a muchos les ha pillado por sorpresa su renovación. Es evidente que Josean no se deja contaminar ni influenciar ni un ápice por lo que digan los demás y eso es algo que muchos tendrían que aprender. La historia dice que no siempre hay que ir a favor de la corriente. Veo fundamental como club hacer una valoración propia de todo lo sucedido, sin dejarse avasallar por el pensamiento de un medio de comunicación concreto o de un grupo de personas ajenas al club. Al igual que lo realizado esta temporada la gente no lo ha valorado en su justa medida, la concentración y la intensidad en todo lo que él hace, le hace diferente. Puede equivocarse en momentos puntuales (¿y quién no?), pero siempre está atento a todo lo que sucede en los entrenamientos, viajes, restaurantes, partidos... Es de esos pocos entrenadores a los que no se le escapa nada, pero que al mismo tiempo mantiene un trato cordial con todas aquellas personas que le rodean, bien sean directivos, trabajadores del club, cuerpo técnico, presidente, etc. Es un entrenador con el que es fácil empatizar a pesar de su imagen siempre malhumorada. Tiene muchos conocimientos de baloncesto y sus resultados le avalan.

A diferencia de lo que muchos piensan, es una persona con la que se puede hablar de muchos temas, no sólo de basket. Tiene un gran conocimiento de lo que sucede en el mundo que nos rodea. Desde que llegó al banquillo baskonista son innumerables los títulos que ha conseguido y creo que es poco lo que se lo hemos agradecido. Siempre ha resaltado por encima de lo demás su fuerte carácter, sus respuestas mecánicas en las ruedas de prensa, el ser una persona taxativa en todo lo que dice y piensa, su falta de tacto para con algunos a la hora de decir verdades o su inconformismo o mal humor a pesar de haber ganado por 30 puntos. Si cumple los dos años por los que se le ha contratado, hará un total de 10 años en el club, en dos épocas divididas por su paso por el Barcelona. Pienso que tanto el club como Dusko tienen las metas bien definidas, saben a dónde quieren llegar y no dejan influenciarse negativamente por terceros. Dusko, al igual que todas las personas, es único e imperfecto, y de todas las opciones que hay en el mercado es la que más se amolda al estilo Baskonia. Por lo tanto, a pesar de su imperfección le doy todo mi apoyo y le deseo la mayor suerte del mundo.