El baloncesto griego lleva horas en estado de shock después de conocerse el mayor escándalo de la historia moderna en el deporte heleno, que incluye amaño de partidos, casos de dopaje, lavado de dinero y espionaje, habiéndose visto salpicado en él Ioannis Bourousis. El pívot del Olympiacos, que en una conversación con su suegro y presidente del Kavala de fútbol, Makis Psomiades, dejó presuntamente en mal lugar a los dueños de su actual club, ha contraatacado solicitando, de manera conjunta con la Federación Griega, que se le haga un control antidopaje al considerar que está "limpio".