vitoria. Juanito no se mordió ayer la lengua. El alpinista alavés quiso salir al paso de lo que él entiende como "informaciones inexactas y comentarios injuriosos" contra su persona tras lo sucedido la pasada semana en el Lhotse y cargó con dureza contra Edurne Pasaban, a quien acusó de haberse erigido en la "princesa del pueblo" y censuró a otros montañeros que le han acusado estos días de poner en riesgo a un grupo de personas de dejar basura en los campos bases y faltar a la ética alpinística.

El ochomilista gasteiztarra agradeció la colaboración prestada por el grupo de Pasaban, pero puntualizó que esta se produjo cuando tan sólo le faltaba media hora para alcanzar el campo base. "Agradezco de corazón a todos los que me ayudaron, pero faltan a la verdad los que dicen que me rescataron en el campo IV y a los que me acusan sin nombrarme, por haber puesto a mis compañeros en peligro", comentó ayer durante una rueda de prensa que se extendió durante casi hora y media.

Oiarzabal, quien tiene claro que fue un error suyo no hidratarse como debía en el descenso, tiene asumido también que si este problema le hubiera pasado a 8.000 metros, ahora "estaría muerto". Sin embargo, tal y cómo volvió a recordar ayer fue ayudado a descender hasta las tiendas, la última "media hora" del trayecto, por lo que volvió a enfatizar que no se siente aludido "cuando se dice que se puso en peligro a cientos de personas, porque no he puesto en peligro a nadie".

"SE LE HA IDO LA OLLA" Es más, pese a dar las gracias a los sherpas de la tolosarra por su ayuda, también quiso precisar que aunque su apoyo fue importante no ha sido tan decisivo como en su opinión desde el grupo de Pasaban se hizo ver. "No me han salvado la vida", aclaró. De hecho, su malestar fue creciendo al conocer las críticas de la tolosarra, quien le achaca que por culpa de acudir a su rescate no pudieron hacer el intento definitivo de cumbre en el Everest. Oiarzabal explicó que la expedición de la tolosarra "no se meneó" del campo base hasta el último momento y estuvieron "tocándose las pelotas" mientras él descendía en un estado "lamentable". "¡Que el operativo de 50 personas les impidió hacer cumbre! ¡Que se volcaron en el rescate de un grupo de alpinistas españoles! Volcarían algún contenedor. A esta chavala se le ha ido la olla",añadió molesto.

De hecho, otro de los motivos de su enfado fueron las fotografías en las que se le ve exhausto llevado a hombros por uno de los sherpas de Pasaban. Unas imágenes que no han sentado nada bien a Juanito que fueran publicadas. "Las fotos que llegaron a España no fueron de la operación de rescate sino la mía llegando al campo base en una situación lamentable. Se distribuyeron sin tener siquiera en cuenta que nuestras familias no estaban del todo informadas, mezclando la información de un rescate a 7.900 metros con mi llegada al campo base", precisó.

Por todo ello, y aunque quiso agradecer la ayuda en la última media hora de descenso, tampoco quiso pasar por alto que dicha ayuda está "muy bien pagada", al referirse de nuevo a las fotografías en las que le llevan en camilla y con las que cree que los que las tomaron y el grupo de la tolosarra han sabido sacarle un buen rédito. "Edurne ya se puso muy bien para salir en las fotos durante esa media hora. Ya han hecho un negocio", clamó.

Posteriormente sus dardos fueron contra el guía neozelandés Russell Brice, quien le acusó de "una gran falta de ética y profesionalidad" a quien Juanito respondió que no le "tiene nada que envidiar", a la vez que le resulta "paradójico" que le acuse de no tener ética "uno de los mayores responsables de haber montado este circo en el Everest, simplemente para enriquecerse. Lo único opuesto a la ética de la montaña es precisamente de lo que ha hecho su negocio", apuntó el alavés.

Por último, Juanito desmintió que hayan "dejado basura" en el Lhotse y concluyó asegurando que no entiende "cómo algunos sin saber nada de lo sucedido me han elegido una vez más como chivo expiatorio de una situación de la que no he tenido nada que ver ni he sido responsable".