vitoria. Si existe un calificativo que define a la perfección la personalidad de Juanito Oiarzabal es, sin duda, tenacidad. Lo que algunos tildan de cabezonería, su persistencia, lleva camino de convertirlo en el primer hombre capaz de pisar por dos veces la cima de los catorce montes del planeta que superan los ocho mil metros. Ya le falta un poco menos. Ayer el vitoriano dio un paso más dentro de su proyecto. Volvió a ascender a la cima del Lhotse y se acerca a esas 28 cumbres que persigue con tanto ahínco.

Juanito Oiarzabal ya se ha anotado el ochomil número 25 de su carrera. Ya lo era, pero se confirma con este éxito como el ochomilista más voraz del mundo. Ningún otro montañero ha rozado tantas veces el cielo. Pese a todo, la ascensión no resultó en absoluto sencilla. Acompañado por tres alpinistas muy experimentados, como Carlos Pauner, Juanjo Garra, Javier Pérez y Carlos Soria, tuvo que soportar los siempre dañinos efectos del mal de altura, que le dejó bastante tocado tras hollar la cima, así como las durísimas condiciones meteorológicas del Lhotse, donde la expedición se ha visto afectada por las bajas temperaturas y los fuertes vientos.

La desde el Campo 4, donde los montañeros decidieron hacer noche cuando emprendieron el descesnso, el montañero vitoriano confirmó la gesta y se declaró "exhausto" por el esfuerzo realizado. "Ha sido muy duro, pero estamos todos bien", aseguraba con un débil hilo de voz a través del teléfono, pocas horas después de haber alcanzado la cumbre.

La noticia del éxito de Juanito chocaba con las que llegaban desde el Everest, donde la guipuzcoana Edurne Pasaban notificaba su renuncia al asalto al Everest sin oxígeno. Las condiciones de fuerte viento que se ha encontrado han frustrado su ascensión.