Madrid/Barcelona. Real Madrid y Barça trasladan a la Liga de Campeones el duelo que ya han mantenido en los últimos días en la Liga -casi sentenciada para el Barça- y la Copa -que se fue para Madrid-.
Ninguno quiere el papel de favorito. Máximo respeto pero dardos envenenados en puente aéreo. Sobre el césped, el fragor de la batalla se olvida de amistades, y compañeros de selección protagonizan grandes piques para el recuerdo.
Es la mentalidad que ha trasladado Mourinho a sus jugadores. En el campo solo hay enemigos. Más aún desde el 5-0 del Camp Nou. Una bofetada de realidad para el Real Madrid que no ha hecho más que acrecentar las ganas de venganza. El empate de la vuelta liguera dejó las cosas como estaban, pero la final de Copa ganada en la prórroga ha sido para el Madrid como quitarse una espina, además de reivindicar que un estilo diferente -férrea defensa y contragolpe-, también da títulos.
Y así se presentará de nuevo el Real Madrid. Sin importar a Mourinho que la ida de las semifinales europeas sean en el Bernabéu. Imponiéndose en su mente que es un partido de 180 minutos. Con un trivote inamovible liderado por Pepe, el ogro del Barça.
Alinearía el técnico portugués el mismo equipo que conquistó la Copa del Rey en Mestalla si no fuese por la sanción de Ricardo Carvalho y la lesión de Sami Khedira. Son bajas importantes de dos fijos de Mourinho que tiene pensado suplir con Raúl Albiol en el centro de la defensa y de Diarra en el trivote.
El tridente ofensivo formado por Di María, Ozil y Ronaldo será el encargado de buscar goles que den ventaja en la ida, procurando no ver tarjetas amarillas, porque están apercibidos de sanción Albiol, Sergio Ramos, Di María y Cristiano.
iniesta, baja El Barça espera dar el primer golpe de autoridad en el tercer clásico, después de dos partidos anteriores en los que los azulgranas, a pesar de dominar los choques, no supieron concretar su superioridad.
Para el Barça, el mejor antídoto al revés recibido la semana pasada en la final de la Copa fue mantener los ocho puntos de ventaja en la primera posición de la Liga.
El sábado ante Osasuna (2-0), Mascherano volvió a jugar de central junto a Piqué, disposición que se aventura también para hoy, dados los problemas físicos de Puyol.
La exigencia de estar al máximo en un partido como el de hoy podría reubicar al capitán del Barça al lateral izquierdo, debido a que en esa demarcación el conjunto catalán no tiene mimbres: Abidal está de baja tras una operación en el hígado, Adriano estará ausente cuatro semanas por una lesión y Maxwell se lesionó contra Osasuna.
El panorama defensivo es desolador en el conjunto catalán, que arrastra una serie de bajas determinantes que han dejado al Barça menguado de potencial atrás.
Las ausencias de Puyol y Abidal, aunque bien sustituidas, han dejado al conjunto catalán sin dos de sus jugadores más rápidos en la retaguardia, lo que ha condicionado el juego en el centro del campo, donde una pérdida de balón y el inicio de un contragolpe ha dado más problemas que cuando estaban los dos titulares.
Si finalmente el técnico Pep Guardiola se atreve con el cuarteto Alves, Piqué, Mascherano y Puyol, el Barcelona tendrá que echar el resto adelante, aunque sin el lesionado Iniesta, al que sustituirá Keita, y con Pedro sin estar al máximo de sus posibilidades.
Otra alternativa que tiene Guardiola es situar a Keita en la banda, como muchas otras veces ha hecho, en lugar de Pedro, y dar entrada a Thiago para dar más consistencia física con la que nivelar las fuerzas respecto al rival.
El penúltimo clásico de la temporada se presenta tan intenso como los dos precedentes.