HAY que decir que el partido hasta el 14-14 fue muy bueno. Muy bueno, repito. Hasta ese punto, los cuatro pelotaris estuvieron a un buen nivel, siempre destacando a Aimar, y jugaron un encuentro complicado y duro que, por momentos, parecía que iba a acabar siendo espectacular.

Sin embargo, tras ese momento, en el que se había visto una final del Parejas muy buena, el duelo se rompió. Y la clave de que Xala y Beroiz cayeran estuvo en los cuadros delanteros. Si bien el lapurtarra ha rayado un gran nivel durante todo el Campeonato, ayer no estuvo del todo fino y no pudo con un Aimar muy acertado en el remate y en la defensa. El manista de Goizueta se llevó la txapela tras completar un partido excepcional.

Aimar fue el protagonista del partido. Realizó muchos tantos, un total de quince, y demostró movilidad cerca del frontis. Todo ello amparado en la capacidad que tiene de seleccionar cueros. El material, para mi opinión, era demasiado corto. Incluso el que sacaron Xala y Beroiz no era excesivo. Por este tipo de pelotas costaba mucho quitar el aire al de Goizueta y, con unas pelotas que no salían de frontis ni de suelo, Olaizola dio con la clave.

Por otro lado, Mikel Beroiz, encuadrado en la final en la última estación de esta, creo que cumplió con creces la prueba que tenía entre manos. Entró sereno en la cancha, estuvo tranquilo y, en los primeros tantos, se sosegó, algo muy importante en la primera final. Al final, Olaizola y Begino se llevaron la txapela del Parejas de 2011 con total merecimiento, porque la ganaron los que la tenían que ganar. La nota negativa: el frontón, demasiado frío.