Kobe Bryant, la estrella bajo eterna sospecha, el líder que siempre se ha sentido solo, definió ayer el estado en el que los Lakers, campeones de las dos últimas ediciones de la NBA, afrontan la defensa del título en los play off que arrancan la próxima madrugada: "Este equipo es muy raro; no sé qué versión veremos en estas eliminatorias", manifestó el escolta de Philadelphia, que aspira a culminar su segundo ciclo de tres títulos consecutivos para alcanzar a la leyenda, al tipo que marcó su camino, que ha ensombrecido su prolífica carrera. Michael Jordan ha sido su espejo y su condena, un estigma que lo ha perseguido y del que puede desprenderse si endereza el rumbo que ha seguido su equipo estas últimas semanas y recolecta un nuevo anillo, que podría ser el sexto, aunque quizá también el más caro.
Kobe y sus tutibeantes Lakers se citan con la historia justo en el peor momento del ejercicio, tras haber cerrado la fase regular con unas pésimas sensaciones. En una de las temporadas más apasionantes de los últimos años, marcada por la acumulación de estrellas en un puñado de franquicias, al equipo californiano le han surgido serios aspirantes a arrebatarle el trono de campeón. Los Spurs, que no estaban muertos ni de parranda, han surgido del pasado para presentar su candidatura tras firmar un balance que ha desplazado a los Lakers a la segunda plaza del Oeste. Aunque las amenazas más serias a la hegemonía púrpura y oro en los play off proceden del otro extremo del país. Hasta cuatro combinados del segmento oriental de la NBA, encabezados por los sorprendentes Bulls de Derrick Rose y Carlos Boozer, dibujan el paisaje de favoritos de la presente campaña.
Phil Jackson, que aspira a retirarse de los banquillos con doce títulos en el zurrón (seis con Jordan y, si gana éste, otros seis con Bryant), dispone de una de las plantillas más compensadas del torneo, si bien asimismo con una de las más irregulares. Capaces de lo mejor y en ocasiones de lo peor, los escépticos y los enemigos de la franquicia angelina hablan de fin de ciclo, modelo agotado y acomodamiento, pero si algo ha derrochado el equipo angelino los últimos años ha sido capacidad para responder en las citas más exigentes.
Con el mismo esqueleto que el pasado año acabó en las finales con Boston, apenas reforzado por el perro de presa Matt Barnes y un base de reparto como Steve Blake para dosificar los esfuerzos de Derek Fisher, los campeones se estrenan en las eliminatorias por el título ante los Hornets de Chris Paul, un rival sencillo para abrir boca. Será la rodilla del gigante Andrew Bynum, que esta misma semana ha vuelto a aparecer de refilón por la nómina de lesionados, lo que más preocupará en estos compases iniciales de los play off a unos Lakers que, pese a su habitual discontinuidad, seguirán siendo candidatos fijos al anillo.
Más allá de los Spurs, liderados por tres jugadores que acumulan demasiados kilómetros y años en sus piernas -Duncan (35), Ginobili (34) y Parker (29)-, el resto de conjuntos con aspiraciones reales provienen de la Conferencia Este. La inesperada irrupción de los Bulls, que han cerrado la fase regular con el mejor balance del torneo (62-20), ha situado a dos grandes trasatlánticos en una tesitura compleja. Boston y Miami, dos franquicias obligadas a, como mínimo, presentarse en la final, pueden llegar a verse las caras en semifinales de conferencia. Y esto abre las puertas al finalista de hace dos años, Orlando Magic, que comparte flanco en el cuadro con los Bulls y si supera a los Hawks en primera ronda, pueden enmedar su discreta temporada e imponer su experiencia ante los prometedores Bulls.
los 'big three' Tanto Heat como Celtics alcanzan los play off con buenas sensaciones tras haber atravesado ciertas etapas de zozobra durante el curso. En Miami cada pieza ha encontrado su sitio y la máquina comienza a funcionar. El Big Three se ha acoplado una vez que Lebron ha asumido el liderazgo de Wade y Bosh ha sabido aceptar su papel como tercer espada. Remozado con un interesante elenco de experimentados secundarios, Miami tendrá sus opciones, si bien para acceder a la final del Este deberá superar en primera ronda a Philadelphia para, casi con total seguridad, verse las caras ante los Celtics en una semifinal de conferencia que promete épica.
El equipo de Boston, tercero tras padecer una epidemia de lesiones durante el ejercicio, debuta mañana en las eliminatorias por el título ante los ambiciosos Knicks de Carmelo, Billups y Stoudamire. El Big Three + One de Massachusetts, cementerio de elefantes, afronta la que podría considerarse como la última gran oportunidad de acariciar la gloria. Muchos los han dado por muertos de antemano, pero con jugadores tan sobrados de ambición y carácter como Paul Pierce, Rajon Rondo, Ray Allen o Kevin Garnett, descartarlos sería un error mortal de necesidad. Los verdes estarán por derecho propio en el ramillete de aspirantes a arrebatar el cetro de la NBA a los Lakers.