REAL MADRID Iker Casillas; Sergio Ramos, Pepe, Carvalho, Marcelo; Khedira (Lass, m.61), Xabi Alonso; Di María (Kaká, m.76), Özil, Cristiano Ronaldo y Adebayor (Higuaín, m.74).

TOTTENHAM Gomes; Corluka (Bassong, m.80), Dawson, Gallas, Assou-Eotto; Jenas, Sandro, Modric, Bale; Van der Vaart (Defoe, m.46) y Crouch.

Goles 1-0, m.4: Adebayor. 2-0, m.57: Adebayor. 3-0, m.72: Di María. 4-0, m.87: Cristiano Ronaldo.

Árbitro Felix Brych (ALE). Amonestó a Adebayor (12), Pepe (35) por el Real Madrid, y a Van der Vaart (19) y Defoe (74) por el Tottenham. Expulsó a Crouch por doble amarilla (8 y 15).

Estadio Santiago Bernabéu, lleno, con 79.500 espectadores

MADRID. El Real Madrid acaricia las semifinales de Liga de Campeones ocho años después, tras golear ayer por 4-0 a un Tottenham condicionado por la expulsión de Peter Crouch a los quince minutos, en la noche perfecta de Emmanuel Adebayor, autor de un doblete, que lanza al equipo de José Mourinho en la búsqueda de la Décima.

La ansiedad por el éxito condujo a la precipitación al Real Madrid en fases de la primera parte y al éxito en la segunda de un encuentro condicionado desde el minuto 15. Un error infantil del gigantón Peter Crouch. Dos entradas a destiempo le costaron dos amarillas. La segunda, con los tacos por delante. Y, además, el Tottenham tenía ya desventaja en el marcador, porque la salida en tromba del Real Madrid había encontrado un rápido premio con el gol de Adebayor a los cuatro minutos.

Y en ese panorama inmejorable se plantó el Real Madrid. Con ventaja en el marcador y ante un rival condicionado por la expulsión de su referencia ofensiva. No lo digirió bien hasta el descanso. No encontró el camino. Estático en ataque se convirtió en un equipo previsible. De la presión y velocidad inicial se pasó a más tensión que fútbol.

El meta brasileño Eurelho Gomes no tuvo problemas para sacar intentos de Di María y cuando muchos se olvidaban de una de las estrellas en el campo, apareció Gareth Bale para advertir de su peligro. Había comenzado por la derecha, para buscar las cosquillas a Marcelo, pero terminó en su sitio natural, la izquierda, para encontrar espacio a la espalda de Ramos.

Repitió su salida con fuerza en la reanudación. Los mensajes de Mourinho en la previa tenían doble rasero. Dar por válido el empate era una pose. Apretó el acelerador y encerró a su rival en el área. Quería sentenciar. Harry Redknapp sacrificó la calidad de Van der Vaart para buscar alguna contra con la rapidez de Defoe.

Un nuevo saque de esquina, esta vez en acción ensayada. Toque en corto a Marcelo que encontró con su centro la cabeza de Adebayor ante la estatua de Gomes. El éxito a la insistencia de Mourinho en la necesidad de un 9 en el mercado invernal. Ayer, Benzema en la grada lesionado. Higuaín justo de forma recién recuperado de su lesión.

La eliminatoria estaba encarrilada y el Real Madrid podía dejarla sentenciada. El Tottenham acusaba el esfuerzo y terminó hincando la rodilla tras la lucha. En su enésimo intento, Di María encontró el gol soñado. Partiendo desde la derecha, en el pico del área grande, recortó hacia fuera para soltar un zurdazo a la escuadra.

El objetivo estaba conseguido. Tocaba disfrutar con un Bernabéu encendido y calmar la ansiedad de Cristiano, que a dos minutos del final encontró el gol buscado toda la noche en una de las pocas veces que jugó en equipo. La goleada amortigua la caída liguera y demuestra que el Real Madrid de Mourinho puede ser letal en competiciones con eliminatorias que no premian la regularidad.