El madridismo se enfrenta esta noche (20.45 horas) al fantasma de los octavos de final. Después de siete temporadas sin colarse entre los ocho mejores equipos del continente, el club blanco se encomienda a su gurú y máximo líder espiritual, José Mourinho, para quebrar una barrera protegida por un Olympique de Lyon que ya sabe cómo apear al Madrid de la máxima competición europea.

Mourinho, que el pasado año condujo al Inter al título, conquistado en el Santiago Bernabéu, recurrió ayer de nuevo al discurso prudente para evitar pillarse las manos ante un nuevo fracaso. El portugués aleccionó a los aficionados del equipo madrileño, a los que pidió mayor implicación en las gradas para que su equipo "juegue con doce", y aseguró que la obsesión no es buena compañera de viaje cuando se pretende conquistar un torneo tan complicado como la Champions.

"Si el Real Madrid que ha ganado nueve está obsesionado, imagina los que no han ganado nunca. El Real Madrid no tiene que estar obsesionado, sino tranquilo, la décima llegará con naturalidad, no con obsesión", adoctrinó Mou a los periodistas que se congregaron para recoger los mensajes que el luso envió a la hinchada merengue: "El Bernabéu que conozco es tranquilo, que aplaude a su equipo cuando juega muy bien, pero hasta ahora no he visto un Bernabéu que se pueda decir que ha jugado. Me han dicho que en el momento de la verdad el Bernabéu está, y mañana es el momento de la verdad. La respuesta del equipo este año ha sido siempre muy buena y si la gente puede estar con nosotros, será mucho mejor", destacó.

El empate a uno de la ida puede considerarse como un buen resultado -sobre todo tal y como fue el duelo de Lyon- para los blancos, que podrán contar con Cristiano Ronaldo a pesar de que ayer Mourinho trató de jugar al despiste cuando se le preguntó acerca del estado físico del portugués. El Madrid ha ganado todo lo que ha jugado esta temporada en su estadio y su entrenador lleva tres años sin perder un encuentro como local, así que no es de extrañar que, pese a los precedentes, las apuestas señalen a los blancos como favoritos.

En Lyon, pese a todo, conservan el optimismo. Su delantero César Delgado advirtió ayer al rival del peligro que podrían entrañar los excesos de confianza. "No somos frágiles y corremos y presionamos mucho. Va ser un partido muy duro y muy complicado, pero tenemos mucha confianza", afirmó Delgado.

REAL MADRID Casillas; Ramos, Pepe, Carvalho, Marcelo; Khedira, Xabi Alonso; Di María, Özil, Ronaldo y Benzema.

OLYMPIQUE LYON Lloris; Réveillère, Cris, Lovren, Cissokho; Toulalan, Källström; Briand, Gourcuff, Delgado; Lisandro.

Árbitro Damir Skomina (SLO).

Estadio Santiago Bernabéu (20.45 horas).

El entrenador del Madrid trató de jugar al despiste con la lesión de Cristiano Ronaldo, que no faltará a la cita