Miguel Brito, defensa portugués del Valencia que ha sido acusado por la Fiscalía lusa de violencia y posesión ilegal de armas, dedicó una peineta a los periodistas que se acercaron a su coche para intentar obtener alguna declaración. Tras acabar la sesión de entrenamiento, Miguel abandonó en su coche las instalaciones y no quiso detenerse ante los periodistas, aunque en un gesto despectivo sacó la mano por la ventanilla y alzó el dedo corazón.