Malmoe. La selección española ratificó su presencia entre los más grandes con un ajustado triunfo sobre Suecia que le permitió lograr una medalla de bronce que premió el excelente Mundial que ha protagonizado. Pese al sorprendente equipo que presentó Valero Rivera, el conjunto español evidenció desde el inicio que ni el varapalo que supuso la derrota sufrida ante Dinamarca en semifinales iba a mermar la ambición por cerrar el Mundial con una medalla.

Pero para lograr un bronce y más cuando se tiene como rival al equipo anfitrión, no basta sólo con voluntad. Es imprescindible un acierto del que España, al menos de inicio, careció por completo. Especialmente en el lanzamiento, donde los jugadores españoles se empeñaron una y otra vez en golpear al portero sueco Johan Sjostrand, una circunstancia que impidió aprovechar las dos exclusiones de las que dispuso para distanciarse.

Por fortuna, los de Valero Rivera siempre pueden confiar en su solida defensa, su mejor argumento, ayer perfectamente secundada por Arpad Sterbik, que ya en el primer tiempo realizó el doble de paradas que en toda la semifinal. Fortaleza defensiva y desacierto en ataque que permitieron a España sobrevivir en un marcador, en el que Suecia, también lastrada por sus numerosos errores, tan sólo tuvo una máxima renta de dos goles (10-8). España pudo enjugar esa desventaja con un espectacular tanto de Iker Romero, que resolvió con un lanzamiento con efecto, y un pase de extremo a extremo de Roberto García, que puso el 11-11 para cerrar el primer acto del duelo.

La renta local volvió a dispararse en los primeros compases de la segunda mitad. España seguía lastrada por su bajísimo porcentaje de acierto en el lanzamiento, que en esta ocasión no tuvo arreglo en defensa. La gran estrella sueca, el lateral Oscar Carlén, no tuvo tantos problemas. Con tres goles casi consecutivos situó el marcador en un peligroso 16-13 para un conjunto español necesitado de una reacción urgente.

El revulsivo llegó con la presencia en pista de los hermanos Entrerríos y el joven Gurbindo en primera línea de ataque, que por fin, pareció encontrar la fluidez necesaria para superar la defensa sueca. España comenzó a conectar con el pivote Julen Aguinagalde, que forzó una tras otra exclusiones y penaltis del rival, hasta permitir a la selección dar la vuelta al tanteador (16-19) con un contundente parcial de 6-0.

Esta renta, pese a reducirse a la mínima expresión, se logró mantener, incluso en inferioridad, gracias al acierto del navarro Gurbindo y, sobre todo, de Sterbik. El esfuerzo del conjunto de Valero Ribera se vio recompensado tras una última parada del cancerbero que ratificó el regreso de España a un podio tras el bronce de Pekín.

SUECIA Sjostrand; Ekberg (1), Carlen (4), Karlsson (1), Jernemyr, Kallman (6) y Doder (2) -equipo inicial-, Andersson (ps), Gustafsson, Lennartsson, Arrhenius, Larholm (5), Jakobsson (1), Larsson, Petersen y Ekdahl du Rietz (3).

ESPAÑA Sterbik; Rocas, Maqueda (1), R.Entrerríos (2), Cañellas (2), Ugalde (1) y Aguinagalde (4) -equipo inicial-, Hombrados (ps), R.García (2), Gurbindo (4), C.Rodríguez, A. Entrerríos (3), Romero (4, 1p), Morros, J.García (1p) y Garabaya.

Parciales 1-2, 4-4, 8-8 y 11-11; 14-12, 16-16, 17-19, 20-21, 21-22 y 23-24.

Árbitros Krstic y Ljubic (Eslovenia). Excluidos: Karlsson, Carlen, Jakobsson, Jernemyr, Kallman, Aguinagalde (2), Ugalde y Cañellas por España.