afalta de algunos detalles -como se suele decir en el mundo del fútbol, a falta de limar los últimos flecos- que se solventarán probablemente a lo largo de los próximos días, quizá en una semana, la entrada de nuevos inversores en el club está al caer desde que se dio un paso decisivo el martes pasado cuando conocimos el aplazamiento de la subasta de Ibaia, campos de entrenamiento del Deportivo Alavés, con la aprobación de la Diputación. Desde ese día existe mayor tranquilidad en el seno de la parroquia alavesista, que ve con buenos ojos la operación y porque necesita creer en algo o en alguien que les dé cierta seguridad. Y esta vez, a pesar de lo que se está alargando la situación, parece que es la buena, la definitiva. ¿Por qué están tardando tanto en realizar el desembarco? En primer lugar, porque existía un derecho de compra preferente de los antiguos accionistas que acabó ayer. Hasta ese instante había que conseguir la aprobación del actual presidente y de otros accionistas para obtener nuevas acciones. Pero a partir de mañana este derecho deja de existir y se abre a todo el mundo libremente. Por otra parte, está el tema económico, donde hay mucho de qué hablar para llegar a conocer en profundidad la situación en la que se encuentra el club, porque el Alavés en estos momentos es un desastre económicamente hablando, un pozo sin fondo, que necesita una inyección crematística urgentemente para hacerlo viable, invertir mucho dinero con escasas opciones de recuperarlo si no sale a flote pronto y eso les hace recelar. Así, los inversores que están ya preparador para desembarcar en el club tendrán que negociar algunas contrapartidas que les resulten rentables a sus intereses en un futuro cercano. Harían mal si no vienen con un programa de futuro, a largo plazo, tanto en el terreno económico como en el deportivo porque el Alavés necesita estabilidad. Es necesario que el grupo inversor que se haga cargo del club genere confianza y fiabilidad y eso lo va a dar la solvencia económica (vamos, que tengan el riñón bien cubierto). También es preciso que sean buenos gestores, las buenas intenciones no bastan. Para que cualquier persona haga algo bien ha de saber, poder y querer. Saber saben porque lo han demostrado en sus diferentes negocios con anterioridad. Si el mundo del fútbol lo desconocen tendrán que formarse o buscar a personas preparadas. Poder también pueden porque tienen los instrumentos apropiados. Ya con estos dos elementos podría servir, pero para que las cosas salgan muy bien faltaría el tercero. Y si todavía no lo tienen suficientemente claro tendrán que ser motivados de alguna manera. Quienes no parecen necesitar motivación extra son los jugadores del combinado albiazul, que ayer derrotaron al equipo irundarra por cuatro goles a uno. Los albiazules mantuvieron un ritmo constante de trabajo y pudieron doblegar fácilmente al tercer clasificado de este grupo de la Segunda División B, lo que les permite continuar en cabeza de la clasificación y alejarlos a diez puntos. Parece que el liderato los motiva convenientemente y les da alas. Ya queda una jornada menos para alcanzar el primer objetivo. Y si la compra se realiza finalmente de manera satisfactoria esta semana, el Deportivo Alavés respirará tranquilo y seguirá su caminar hacia delante con pie firme. No todo está hecho, pero las sensaciones que se palpan en ambos asuntos permiten ser un poco más optimistas.
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