melbourne. El tenista escocés Andy Murray buscará esta mañana (09.30, hora española) un doble objetivo en la final del Abierto de Australia que le medirá a Novak Djokovic. Por un lado, tiene el número cinco del mundo la meta personal de conquistar su primer torneo grande y, por el otro, enarbola el sueño de todo un país, el objetivo de zanjar de una vez por todas la maldición que persigue al tenis británico, que acumula ya tres cuartos de siglo sin saborear el triunfo en uno de los cuatro torneos del Grand Slam.

El mítico Fred Perry, primer tenista que conquistó los cuatro torneos grandes del tenis mundial cuando lo logró en los años treinta, es el último británico en levantar un Grand Slam. Demasiado tiempo para los considerados como inventores del tenis. Perry ganó una vez el Abierto de Australia en el año 1934 y hasta 1977 no hubo otro británico en la final oceánica, el inglés John Lloyd, que sucumbió ante Vitas Gerulaitis. En 1936, Perry selló su tercera y última victoria en el Open de Estados Unidos e inauguró un periodo de sequía que dura 75 años.

Hoy, Murray dispondrá de su tercera oportunidad para liquidar esta maldición del tenis británico. El escocés se topó con Roger Federer en sus dos anteriores finales en Estados Unidos (2008) y el año pasado, precisamente en Melbourne, y ahora espera que la ausencia del tenista suizo le permita hacer bueno el dicho de que a la tercera va la vencida.

La gran final en el Rod Laver Arena enfrenta, de hecho, a los dos mayores candidatos a derrocar el dominio dual que ejercen Rafa Nadal y Roger Federer en el circuito ATP. No en vano, Djokovic y Murray disputarán la primera final de un grande sin presencia del español ni del suizo desde hace tres años exactos, cuando el serbio batió al francés Jo-Wilfried Tsonga en este mismo escenario.

Los finalistas, apenas separados por una semana en su fecha de nacimiento (ambos pertenecen a la generación del 87), se conocen desde las categorías inferiores y han prolongado su rivalidad al circuito profesional, donde han disputado siete encuentros. De momento, el balance es positivo para el serbio (4-3), aunque Murray lleva tres victorias consecutivas, todas sobre superficie rápida.

En su camino hacia la final, Djokovic dejó en la cuneta a un tetracampeón del torneo como Federer, que ni siquiera pudo apuntarse un set en la semifinal. En el camino triunfal de Nole también se han cruzado Tomas Berdych, Nico Almagro, Viktor Troicki, Marcel Granollers e Ivan Dodig, el único que ha podido ganarle un set.

Menos espinado ha sido el trayecto hacia la final de Murray, que se deshizo en semifinales de Ferrer, verdugo de Rafa Nadal, y antes de Alexandr Dolgopolov, Jurgen Melzer, Guillermo García-López, Illya Marchenko y Karol Beck.