MELBOURNE. El tenista serbio Novak Djokovic ha conquistado este domingo el Abierto de Australia, primer torneo del 'Grand Slam' del año, tras imponerse claramente en la final al británico Andy Murray (6-4, 6-2 y 6-3), en un encuentro dominado de principio a fin por el número tres del mundo.

El balcánico y el escocés contaban con una oportunidad única en la Rod Laver Arena ante la ausencia de Rafa Nadal y Roger Federer, que acostubran a monopolizar los partidos más importantes del año. El triunfo corresondió a Djokovic, que se mostró más sólido para sumar el segundo 'grande' de su carrera, precisamente en el mismo sitio donde logró el primero hace tres años ante Jo-Wilfred Tsonga.

Murray solo aguantó al mismo nivel que su rival en el primer set, que marchó igualado y sin resquicios al servicio en sus compases iniciales (4-4). Tras un gran punto en el que se encadenaron 38 raquetazos, Djokovic dispuso de su primera bola de 'break' y la convirtió gracias a un error del británico, que sucumbió tras una hora de parcial (6-4).

El segundo set apenas tuvo historia, quedó convertido a un calvario de golpes errados y aspavientos desesperados de Murray, que perdió los cinco primeros juegos sin que su rival apenas pestañeara. Los ánimos del público australiano, más proclive a animar al británico, solo sirvieron para un tímida reacción final que le procuró su primer 'break' tras hora y media de final (5-2).

Sin embargo, 'Nole' no se arrugó y cerró la segunda manga con otra rotura de servició. La historia estaba de su lado ya que la última vez que se habían remontado dos sets en la final de Australia fue en 1965, cuando Roy Emerson le remontó un encuentro épico a su compatriota Fred Stolle.

Y el balcánico no concedió espacio para la sorpresa, pese a un exceso de confianza que le impidió cerrar la final en menos tiempo. Murray empezó el tercer set con un formidable 'passing shot' que le procuraba una rotura de servicio inicial, pero perdió los tres juegos siguientes, el último con Djokovic devolviéndole la moneda al embocar otro gran 'passing' al revés (3-1).

Murray tiró de casta e intentó luchar hasta el final (3-3), pero su mal estado físico y el dominio incontestable que llegaba del otro lado de la pista le impidieron plantar más batalla. En cuanto volvió a pisar el acelerador, Djokovic encadenó otra racha de tres juegos y tocó la gloria.