MADRID. La pesadilla para Alberto Contador, que hoy ha conocido la propuesta de la Federación Española de Ciclismo de un año de sanción, empezó el 24 de agosto cuando la UCI le comunicó un resultado positivo por clembuterol en el control antidopaje realizado el 21 de julio.
El verano francés, en Pirineos concretamente, le gastó una broma pesada al madrileño que le puede costar la pérdida de su tercer Tour y permanecer inédito en la presente temporada. Como mínimo, ya que el punto de partida desembocará en otra batalla legal, ya que no satisface ni al propio Contador, ni a la UCI ni a la AMA, las partes contendientes.
Finalmente, será el TAS quien decida, con brazo de hierro. Un desenlace de este tipo ya lo conoce otro corredor español, Alejandro Valverde, quien cumple un castigo de dos años.
Contador será otra víctima del uso del clembuterol, una sustancia que se usa como broncodilatador y también en ganadería para el engorde de las reses, y prohibida en España. El ciclista español lo atribuye al consumo de carne tratada con dicha sustancia.
La cantidad encontrada en el análisis de sangre a Contador es insignificante, de 50 picogramos. La fecha del 24 de agosto queda marcada como el inicio de un calvario que deberá sufrir el único español que ha ganado las tres grandes por etapas.
El ciclista y su entorno se ponen manos a la obra el día 26 del mismo mes y solicitan el contraanálisis, que se lleva a efecto el 8 de septiembre, con el mismo resultado, es decir, positivo. Mientras, la UCI y la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) siguen investigando con el estudio de nuevas muestras de sangre y orina del ciclista.
El 30 de septiembre Alberto Contador decide anunciar su caso en una rueda de prensa multitudinaria convocada de madrugada en la que achaca su positivo a "una contaminación alimentaria" e incide en su inocencia, basada, en parte, en la limpieza de su pasaporte biológico. La UCI anuncia la suspensión provisional del triple ganador del Tour de Francia, en espera de recopilar más datos.
Según el ciclista, el problema arranca el 20 de julio tras la ingestión de un solomillo de ternera al termino de la 16a etapa del Tour, en la que se ascendió el Tourmalet y el Aubisque. Contador y algunos compañeros del Astana comen la carne que había comprado en Irún José Luis López Cerrón, director de la Vuelta a Castilla y León y amigo de varios componentes del equipo kazajo.
Al día siguiente, 21 de julio, Contador pasa dos controles, la víspera de afrontar de nuevo el Tourmalet. El pelotón disfrutaba de la segunda jornada de descanso y ese día el ciclista de Pinto vuelve a probar la misma carne.
El día 22 se mide en la carretera con el luxemburgués Andy Schleck, en un duelo que termina con los dos corredores abrazados en la cima del mítico puerto francés.
La etapa es para Andy, pero Contador mantuvo 8 segundos de ventaja en la general y remató el triunfo absoluto en la contrarreloj final.
Aparecen nuevos datos del presunto positivo. El 1 de octubre L'Equipe asegura que en la orina de Contador se encontraron restos de plástico, indicio de una autotransfusión, información que comparte The New York Times.
Sin embargo, el método para detectar las trazas de plástico no es concluyente, ni se considera la sustancia como dopante. "La presencia de restos de plastificante no es más que una indicación de un posible dopaje", interviene la AMA días más tarde.
El 8 de noviembre la UCI, tras su investigación junto a la AMA, pasa el dossier con sus conclusiones a la Federación Española de Ciclismo para que abra un procedimiento disciplinario contra Contador y decida si le sanciona o no.
Desde entonces, la pelota estuvo en el tejado de la RFEC, que decidió pedir una opinión el 10 diciembre a la UCI previo envío de 1 documentos científicos aportados por Contador.
Mientras se alarga la decisión del Comité de competición de la Federación, el presidente de la UCI, Pat McQuaid, se descuelga con unas declaraciones en las que asegura que "Contador ha hecho mucho mal" al ciclismo con su presunto positivo.
El 26 de enero Contador recibe la confirmación de que deberá alistarse a otra guerra con temible final. Un año de sanción le haría perder la gloria del tercer Tour y le impediría participar en la principal carrera del año. Eso para empezar. Luego en la última estación espera el TAS, juez implacable. El futuro de Contador entra en zona oscura, a la espera de la previsible sanción.