vitoria. Sin embargo, Pedro Solaun -vizcaíno de Arrigorriaga de nacimiento y alavés de adopción desde hace varias décadas ya- saca a relucir sus incombustibles optimismo y esperanza para analizar la situación del deporte rey en la provincia. Fundador y entrenador durante muchos años del Alegría, conoce como pocos las innumerables necesidades y los entresijos del fútbol modesto, en el que todo se realiza por amor al arte. Por eso, desde su puesto actual de máximo responsable de la Federación se muestra especialmente preocupado por atender en la medida de lo posible sus demandas. Con 8.500 licencias, 564 equipos participando en las diferentes competiciones que gestiona y casi 300 partidos celebrados en el territorio histórico cada fin de semana, el fútbol alavés parece no entender de crisis aunque, desgraciadamente, la punta de la pirámide presente otro aspecto bien diferente. Con la ilusión de celebrar como se merece en el ya inminente 2011 el 25º aniversario de la institución, Solaun desgrana su análisis del balompié alavés.
Ahora que estamos a punto de terminar el año y llega el momento de mirar hacia atrás, ¿qué balance hace de este 2010?
En el balance deportivo, el Alavés está muy bien, en Tercera tenemos al Laudio que se está saliendo y estamos contentos por ello. Lo que ocurre es que estamos un poco tristes por lo que está pasando con Amurrio y Aurrera. Están ahí abajo pero yo espero que de aquí a que acabe la temporada vayan para arriba. Les he visto y tienen buenos equipos. Si nos metemos en el fútbol base, tenemos al Alavés que va bien y al resto de equipos lo que les sucede es que cambian mucho de un año para otro y resulta complicado. En el fútbol provincial lo importante es jugar y lo cierto es que voy a partidos y veo chavales majos. Lo bueno es que cada año tenemos más fichas y más equipos. Poco a poco vamos para arriba. Además tenemos el deporte escolar, que movemos muchísimos niños y el fútbol femenino, que sigue creciendo y ya tenemos trece equipos. Le estamos pegando fuerte porque queremos que tenga auge.
¿Qué desafíos nuevos se plantea la Federación para el futuro a corto y medio plazo y cuáles son los retos que quedan pendientes?
En estos momentos tenemos un montón de proyectos, algunos de ellos en marcha. Algo que está hecho ya es implantar en todos los campos de fútbol un ordenador para que los árbitros hagan las actas de manera mucho más ágil y además el resto del tiempo lo pueden aprovechar los clubes. Tenemos en marcha el 60% y espero llegar al cien por cien antes de que acabe la temporada. Por otro lado vamos a trasladar la sede de los árbitros a las oficinas en las que estaba antes la Federación, en la calle Florida, que son mucho más amplias. Empezarán las obras en un par de meses y para la próxima temporada debería estar funcionando. Además, el reto que tengo metido entre ceja y ceja y que quiero conseguir como sea es construir los vestuarios de San Martín. Deberían estar hechos hace cuatro años porque se llegó a un acuerdo entre el CSD y las instituciones pero de momento la Diputación no ha cumplido con su parte y todo el tema está parado. Espero conseguir que la Federación Española nos dé otra subvención y entonces ya sí que no habrá excusa para que los demás hagan lo que les corresponde. Y, por último, pero probablemente lo más importante, es que el año que viene celebramos nuestro 25 aniversario y vamos a desarrollar un gran número de actividades durante todo 2011.
Sorprende que mientras otros deportes tienen problemas de practicantes en su federación aumente el número de licencias, que entre todas las disciplinas ascienden ya a más de ocho mil.
Es verdad, pero estamos muy satisfechos por ello. El fútbol tiene un tirón muy fuerte y al final aunque los niños comiencen practicando varios deportes la mayoría termina decantándose por el nuestro. Además, se mantiene la práctica durante muchos años.
El fútbol femenino es un claro ejemplo de crecimiento en los últimos años.
Desde luego. En la Federación hemos apostado muy fuerte desde el principio para que las chicas tuvieran una competición, animamos a los clubes a sacar equipos y poco a poco vamos consiguiendo cosas. Al principio sólo había dos equipos y el año que viene probablemente se creará una Tercera División en la zona norte en la que habrá representación alavesa. Además, éxitos como los de Sara Tazo e Iraia Pérez de Heredia con la selección española tienen un efecto muy importante para que las niñas se animen a jugar.
¿Está satisfecho con el número de jugadores de la provincia que consiguen llegar a la competición de élite?
Es un tema complicado porque, evidentemente, con todo lo que ha pasado en el Alavés resulta difícil que puedan pasar jugadores y que se les den oportunidades. La exigencia es máxima por ascender y no se suelen hacer muchas pruebas. Aún así, hombres como Igor Martínez, Óscar de Marcos y otros demuestran que es posible realizar ese camino.
Los dos principales clubes de la provincia, Deportivo Alavés y Aurrera, atraviesan graves crisis desde hace tiempo que han amenazado muy seriamente su supervivencia.
Y tanto. Los dos lo han pasado y lo están pasado muy mal y, lógicamente, eso repercute también de manera negativa en el resto de estamentos del fútbol alavés. Ojalá los dos puedan ir saliendo del túnel paulatinamente y vuelvan a tirar del fútbol provincial.
El nivel general en lo que a equipos se refiere ha caído significativamente, con sólo un equipo en Segunda B y tres en Tercera. Una situación muy diferente a lo que sucedía hace no demasiado tiempo todavía.
Claro, hace unos años teníamos al Alavés en Primera o Segunda y varios equipos más (Aurrera, Amurrio, Alavés B) en Segunda B. La caída del Alavés marca mucho. Evidentemente me preocupa porque es un bajón importante y es algo que tenemos que trabajar. Ahora, además, salvo el Laudio, los demás están en la parte baja de la clasificación de Tercera y los que llegan de Preferente parecen condenados al descenso.
La pirámide del fútbol base alavés ha sido una vieja aspiración que hasta el momento nadie ha conseguido llevar a buen puerto.
En efecto, y es una pena porque desde luego sería algo ideal. En su momento estuvo a punto de conseguirse porque nosotros, desde la Federación, teníamos el acuerdo cerrado con los clubes y el Ayuntamiento para aglutinar todo en esa famosa pirámide. Pero, en el último momento, la tercera pata que era la Diputación falló y todo se echó para atrás. Nos dijeron que su apuesta era la Fundación Alvide y que únicamente aportarían algo el primer año pero que después tendríamos que arreglárnoslas solos. Evidentemente así era imposible y el tema no prosperó. Después el Alavés retomó el asunto y Alberto Lasaga estuvo hablando con muchos clubes pero, a la hora de la verdad, el problema siempre era el mismo, el económico. El Alavés no podía ofrecer nada y muchos necesitaban el dinero que les proporcionaban otras entidades para subsistir.