Vitoria. Con la txapela del Cuatro y Medio de la LEP.M que se caló el pasado domingo en el Atano III de San Sebastián, Juan Martínez de Irujo acrecentó su condición de pelotari en activo más laureado. Y también refrendó su segunda posición en el ránking histórico de campeones, aunque sus nueve txapelas -cuatro del Manomanista, tres del Parejas y otras dos dentro de la jaula- todavía se encuentran lejos de las 20 que acumuló Julián Retegi. Sin embargo, si el delantero de Ibero mantiene sus registros -acumula nueve grandes títulos en apenas ocho años de profesional-, tendrá opciones de alcanzar al mítico delantero de Eratsun.

Aunque Martínez de Irujo no le concede demasiada importancia al asunto, su voraz apetito de txapelas le convierte en un serio candidato para, por lo menos, acercarse a los registros del eratsundarra. "Las cosas que he hecho hasta ahora, ahí están", reconocía ayer el delantero de Ibero, "pero yo vivo del presente y del futuro. Sé que he logrado nueve txapelas, pero no me voy a quedar ahí. Hay que mirar al frente porque viene el Master BBK, el Parejas y el mano a mano... Y quiero más".

capacidad de reacción Se trata de la prueba dialéctica más fehaciente de la ambición de Juan Martínez de Irujo. Para comprobar su codicia deportiva sólo es necesario remontarse un par de días atrás, concretamente al domingo pasado, la fecha en la que se hizo con su segunda txapela del Cuatro y Medio tras volver a remontar un resultado adverso ante Abel Barriola, de la misma forma que lo hizo en la liguilla de semifinales. "Salí mentalizado a la cancha", explicó el campeón de Ibero, "pero con el 0-7 veía que Abel se me iba directo a 22". Y es que Barriola completó una soberbia actuación. "Claro que fue un digno rival". Es el elogio de Irujo hacia el leitzarra, al que sólo pudo derrotar "después de sufrir mucho para remontar". "Hasta que el rival no llega a 22, nunca hay que tirar la toalla", matizó el delantero de Ibero, que también reconoció que, "cuando iba por delante en el marcador, tampoco me relajé. Me gusta luchar cada tanto. Al final pude darle la vuelta al marcador y así la victoria sabe mucho mejor". Irujo cifró la clave de su remontada en una conversación que tuvo con Patxi Eugui, su botillero, después de que Barriola cobrara ventaja. "Veíamos que Abel estaba jugando bien y yo no estaba haciendo nada. Me había metido cuatro tantos de saque y tenía que levantarme y ponerme a jugar", señaló el delantero de Ibero. Lo consiguió tras sufrir lo indecible y exhibir una portentosa defensa. Además, Irujo supo buscar los fallos de su oponente. "Los fallos de Abel llegaron por pura lógica. Se jugó pelotas increíbles y es normal que fallara. Yo también fallé, pero a la velocidad que jugamos los dos lo normal es que hubiera errores". Durante el choque, al nuevo bicampeón del acotado no le alcanzó para cruzar ninguna mirada con su pareja Gemma ni con su hija Arhane, de apenas unos meses, que siguieron el encuentro dentro de la cristalera que cobija el rebote del Atano III donostiarra. "No me dio tiempo", dijo el delantero de Ibero, que ya ha convertido a su joven retoño en su pequeño talismán. "Desde que nació, he ganado las dos finales que he disputado. Ahora espero que siga la racha". Y es que la novena txapela de Irujo tuvo una dedicatoria especial para las dos mujeres de su vida, "que son las que me aguantan en casa", aunque tampoco se olvidó de sus padres, Juan Ángel y Vitori, con los que también se fundió en un emotivo abrazo al término de la final.

celebración larga Juan Martínez de Irujo atendió ayer la llamada de este periódico con la voz muy desgastada. "Ha sido una celebración por todo lo alto". Fue la única justificación que encontró para disculpar el mal estado de sus cuerdas vocales. Y es que el delantero de Ibero, tras conquistar un nuevo título de la jaula, se reunió en la sidrería La Runa, ubicada en el pamplonés barrio de la Rochapea, con aproximadamente un centenar de familiares y amigos para festejar su éxito hasta bien entrado... el día. "La ocasión lo merecía", explicó Irujo, para el que, "después de un partido de tanta tensión, es lo que hay que hacer: juntarse con la familia y con los amigos".

A Irujo le gustaría ahora tomarse un merecido descanso, "pero la gente quiere competición y los profesionales tenemos que estar ahí".