Este año la igualdad en la Euroliga es evidente y notoria. Por lo menos en esta primera fase. Luego sabemos que los más poderosos ponen la velocidad de crucero y no dejan títere con cabeza. De momento ni el Olympiakos, ni el Barça, ni el Panathinaikos han alcanzado su mejor nivel. De hecho, en esta última jornada el equipo de Obradovic tuvo que sufrir, prórroga incluida, para doblegar al Olimpia en casa, y el Olympiacos cayó en Málaga dando una mala imagen. El Caja Laboral no se había visto en esta tesitura desde hace muchos años, ya que nos tiene acostumbrados a llegar siempre a las series finales de cualquier competición. Había que jugar con el miedo a quedar eliminado, que podía impedir sacar lo mejor que llevas dentro. Un partido que había que afrontarlo más de trabajo y entrega que de lucimiento. Scariolo era el peor enemigo que le podía tocar al Baskonia en este momento de necesidad, ya que es un entrenador muy táctico y que basa su estrategia en intentar destruir el juego del contrario. La victoria contra el Khimki no será recordada como un triunfo de prestigio, pero sí por la transcendencia económica y deportiva que hubiera supuesto la derrota. El equipo ruso es muy limitado y a pesar de querer forzar el juego interior baskonista, en ningún momento tuvo la posibilidad de llevarse el partido. Como dijo Horatio Nelson antes de la batalla de Trafalgar contra franceses y españoles, "Inglaterra espera que todo hombre cumpla con su deber". En el partido contra el Khimki cada jugador cumplió con su deber. Pudimos apreciar muchos cambios respecto a anteriores citas. En primer lugar el compromiso de Mirza en defensa, anticipando líneas de pase, chocando en la pintura con sus marcajes, taponando, punteando los tiros, cerrando el rebote... Y en ataque alternando el juego de espaldas con el de cara. También fue notoria la mejora en los porcentajes de tiro, tanto de dos como de tres. En ningún partido de la primera fase han sido tan buenos como los que consiguió contra los rusos. También noté una mejor respuesta del público, no tan frío como contra el Prokom y comprometido con la importancia del encuentro. Otro punto a resaltar fue la creación de juego para beneficio de sus compañeros y la definición propia de un Logan desaparecido en combate en estos últimos tiempos. La aportación anotadora también implicó a un mayor número de jugadores y ello provocó que la defensa rusa sufriera más y el juego baskonista no fuese tan previsible. Ahora el futuro del Baskonia vuelve a estar en sus manos, que no es poco con lo que se esta viendo.
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