todos los años en la Euroliga se producen sorpresas con equipos teóricamente superiores que no consiguen encontrar el camino adecuado y sufren para pasar de ronda. Por desgracia, este año uno de los damnificados junto al CSKA de Moscú es el Caja Laboral. Los rusos ya han destituido al entrenador, que recordemos no hace mucho fue capaz de llevar a un joven Partizan hasta la mismísima Final Four. En cuanto al Baskonia, sin estar a su mejor nivel, en la ACB es, junto al Barça, netamente superior al resto, incluido el Madrid. Pero en Europa es otro cantar. Con tu quinteto titular no garantizas la victoria, por lo que es imprescindible el rendimiento que puedan aportar los que salen desde el banquillo. Jugadores como Bjelica o Haislip no están demostrando ni una cuarta parte de lo que son capaces de hacer. En el caso de Haislip, pienso que es un pedazo de jugador, pero a día de hoy está perdido. Me da la sensación de que es frágil mentalmente y necesitará tener confianza para rendir a un buen nivel. Si las lesiones le respetan y trabaja duro podremos disfrutar de él. El conjunto de Ivanovic ha sido competitivo en todas las canchas, y eso psicológicamente era importante a la hora de afrontar un nuevo reto como el de Israel. El Baskonia durante todo el encuentro estuvo muy cerca en el marcador, pero al mismo tiempo lejos en las sensaciones de poder ganarlo. En el inicio se vio cuáles eran las intenciones de los dos equipos. En el Caja Laboral había una atención especial en la defensa de Schortsanitis, al que realizaron traps cada vez que éste recibía cerca de la canasta. Y el Maccabi con una defensa individual muy encima, sobre todo con el base, para lanzar el contraataque. De los primeros 17 puntos macabeos, diez fueron en bandejas en contraataque. También buscaron jugar los pick and roll contra Barac para sacarlo de la zona. Además, presionaron en toda la cancha e hicieron defensa zonal 1-3-1 y 2-3. Y sobre todo, tenían muy bien estudiado el marcaje sobre Teletovic y encima con el añadido del conocimiento de Eliyahu. En el Baskonia hay tres jugadores que dominan el arte de crear, y son Huertas, San Emeterio y Logan. En esta ocasión, la entrada del brasileño fue fundamental para dar vida a un Baskonia demasiado estático pero insuficiente para que se beneficiaran jugadores como Oleson, letal no hace mucho contra el Barça. Son tiempos difíciles y el único objetivo tiene que ser estar entre los cuatro primeros. No es lo mismo quedar cuarto que primero o segundo, pero como están las cosas, daríamos por bueno meternos en el Top 16 como cuartos.