Madrid. Lance Armstrong no ha tardado demasiado en encontrar un nuevo reto al que dedicar sus horas cuando ponga punto final a su carrera como ciclista el próximo mes de enero. El estadounidense, siete veces ganador del Tour de Francia, iniciará su nueva vida como triatleta en la prueba de Rotorua (Nueva Zelanda), apenas unos días después de participar en el Tour Down Under de Australia, la que será su última competición ciclista profesional.

Armstrong confirmó ayer su participación a la Asociación de Triatletas de Rotorua, y confía en que ésta sea la primera piedra en un camino que podría culminar en el mítico ironman de Hawai, prueba que el corredor del Radioshack tiene ya en mente como objetivo. Para ello, el estadounidense tomará parte en varias pruebas preliminares. La primera de ellas en Nueva Zelanda, sobre la distancia de 750 metros de natación, 16 kilómetros de ciclismo y 5,5 kilómetros de carrera a pie. Será un primer examen para Armstrong, que más tarde probará en un medio Ironman, con 1,9 kilóemtros de natación, 90 de ciclismo y un medio maratón, 21 kilómetros. Su estación final está fijada en conquistar Hawai, donde se tendría que enfrentar a los 3,8 kilómetros de natación, 180 de ciclismo y un maratón.

En realidad, el otrora maillot amarillo del Tour de Francia fue un prometedor triatleta en categoría junior antes de dedicarse a tiempo completo al ciclismo. El siete veces ganador del Tour tiene la intención de competir en la larga distancia, pero para empezar a probar su estado de forma quiere realizar alguna carrera en distancias cortas como es el caso de Rotorua. "El club esperaba atraer a los mejores triatletas neozelandeses como Bevan Docherty, Kris Gemmell y Cameron Brown, los cuales compitieron aquí cuando eran jóvenes. Nunca soñamos con que Lance Armstrong sería nuestro principal atleta", se congratuló Charlotte Pearson, organizador de la prueba neozelandesa en la que Armstrong iniciará un nuevo cambio de tercio a sus 39 años.