Duración 62 minutos. 13 minutos de juego real.
Saques 5 de Patxi Ruiz y 1 de Aritz Lasa.
Pelotazos 309 pelotazos a buena.
Tantos en juego 6 de Patxi Ruiz y 10 de Aritz Lasa.
Errores 8 de Patxi Ruiz y 10 de Aritz Lasa.
Marcador 0-1, 1-1, 4-1, 4-2, 5-2, 5-9, 6-9, 6-11, 9-11, 9-13, 10-13, 11-13, 11-14, 14-14, 15-15, 17-17, 18-18, 18-22.
Botilleros Jesús Ruiz, por parte de Patxi Ruiz, y Miguel Lasa, por parte de Aritz Lasa.
Incidencias Buena entrada en el Ederrena de Urretxu.
vitoria. Patxi Ruiz, revestido de sudor, camiseta empapada, mirada perdida, sonrisa en la boca, manos doloridas, ojos desencajados, boca abierta, enfilaba el callejón de los vestuarios con la victoria en su haber. Cúmulo de sensaciones frente a la puerta del cambiador. Cincelado el triunfo en el sacrificio, el de Lizarra se acercaba, satisfecho, al fin de la locura que fue el partido. "Ahora comienza otra cosa", admitía antes de ir a la ducha, la siguiente estación: los cuartos ante Juan Martínez de Irujo. Sobresalían en su físico las aristas del duelo, el más peloteado del Cuatro y Medio. Éstas, clavadas como agujas en los centros de gravedad de los músculos del zaguero, también habían reventado anteriormente sobre su adversario, Aritz Lasa. Acupuntura letal en el Ederrena, que vislumbró una contienda repleta de sacrificio, pundonor, sudor y dolor, pero carente de calidad. Los nervios atenazaban tanto o más que los rigurosos punzones del tiempo.
El manista de Lizarra, quien comenzó acallando la cátedra de Urretxu, gestionó todas sus ventajas en la fina línea que separa el fallo del error del adversario. Ruiz fundamentó toda su pegada en el equilibrismo de su contrincante. Sin embargo, tan pronto como Aritz Lasa selló su juego con argamasa, el zaguero empezó a notar trabucazos en su línea de flotación. Así, el urretxuarra, cincelado su perfil en el remate de aire, torturaba a su contrincante. Izquierda, derecha, delante, detrás..., pero Patxi Ruiz no caía. Seguía en pie pese a recibir las agresiones contrarias. El de Lizarra, con una actitud completamente diferente a la mostrada en anteriores campeonatos, sacó a relucir su capacidad de sufrimiento. Apretó el cilicio y puso en liza su nueva versión. De esta manera, Aritz Lasa, quien veía que las brechas en el marcador no aumentaban, reventado por las duras condiciones para encajar el tanto que tenía su contrincante, empezó a acusar los rigores del encuentro. El delantero, con la dinamita mojada por el sudor, fallaba demasiado para tener posibilidades de destrozar el luminoso. Patxi no se rendía, pero sus remates y su clase también parecían dispersos. El sacrificio los había matado. Con los dos regalando demasiado en el acotado, las distancias morían entre errores. Sin embargo, el resignado Patxi poseía más luz que su contrincante, Aritz Lasa caía, en picado, tras el empate a 14. Pero su réquiem llegó con la igualada a 18. El de Urretxu falló dos pelotas fáciles y, con el de Lizarra lanzado, el triunfo cayó de colorado. Así, el zaguero navarro ya está en cuartos y se enfrentará a Juan Martínez de Irujo este viernes en Lizarra.