vitoria. La gran final del Mundial ya se encuentra servida. Sólo una selección, la anfitriona, puede aplazar el desenlace más lógico del torneo que se está celebrando en Turquía desde hace dos semanas. Tras lo visto hasta ahora, todo lo que no sea el oro de Estados Unidos y, por ende, la NBA será considerado por los entendidos una monumental sorpresa. Por el camino se quedaron algunos aspirantes de peso -léase España y Argentina- y únicamente el rocoso conjunto en manos de Bogdan Tanjevic, verdugo ayer de Serbia tras un memorable partido, puede evitar lo que muchos consideran inevitable por la aplastante superioridad técnica y, sobre todo, física del plantel norteamericano.
El combinado otomano, que circuló por un cuadro temible para asegurarse como mínimo la plata, ha sabido solventar varias pruebas de fuego. Alcanzó las semifinales de manera aplastante, algo que permite disparar su confianza hasta unos límites insospechadas y afrontar hoy (20.30 horas) un reto mayúsculo. Sin embargo, ahora le resta la labor más ardua de todas. Estados Unidos, a los mandos de Kevin Durant, parece un rival invencible. Si bien carece de las estrellas rutilantes de pasadas convocatorias, está desplegando un baloncesto mecanizado y compacto que se atraganta a todos sus rivales. Sólo Brasil rompió sus esquemas y estuvo a punto de enviarle a la lona. Sus restantes comparecencias han sido poco menos que un paseo militar.
Turquía, empujado por quince mil almas y arropado por todo un país que se resiste a bajar de la nube, deberá exprimirse al máximo para mantenerse en pie y llegar a los minutos de la verdad con algunas opciones de hacer la machada. Pase lo que pase, tras varios años de travesía por el desierto, su nueva generación y la presencia de Turkoglu prometen darle alegrías en el futuro.
Antes de la final, tendrán lugar dos partidos con numerosos alicientes en juego. Turquía y Lituania pelearán por la medalla de bronce, mientras que España y Argentina protagonizarán un duelo con mucho morbo para dilucidar la identidad del quinto clasificado. En la jornada de ayer, Rusia se adueñó de la séptima posición tras doblegar (78-83) a Eslovenia.