GRECIA Spanoulis (19), Diamantidis (11), Tsartsaris (6), Bourousis (21) y Zisis (21) -cinco inicial-, Calathes (2), Perperoglu (6), Vougioukas, Kaimakoglou (3) y Printezis.

CHINA Z. Wang (15), S. Wang (13), Liu (7), Yi (26), Sun (15) -cinco inicial- Yu (3), Jin, Zhang, Guo, Su, Zhou y Ding (2).

Parciales 25-18, 22-19, 18-25 y 24-19.

Eliminados Nombre.

Pabellón Ankara, ante 3.880 espectadores.

ankara. Los que pensaran que esta China sin Yao Ming iba a bajar los brazos y mostrar a sus rivales el camino directo para ganarles deberán replanteárselo seriamente. Aunque finalmente Grecia acabó imponiendo su calidad para debutar en este Mundial con un triunfo por 89-81, el conjunto asiático rozó la sorpresa con las yemas de los dedos a falta de apenas tres minutos para el final del partido. Fue entonces cuando, gracias a la buena mano de Yue Sun, el marcador mostraba un igualado 81-79 a favor de la escuadra helena. Sin embargo, en lugar de templar los ánimos y sentarse a buscar la estrategia adecuada para convertir su empuje en una victoria, los hombres dirigidos por el estadounidense Bob Donewald rememoraron los tiempos revolucionarios de Mao Tse-tung para enlazar una tras otra acciones a cada cual más precipitada y nerviosa.

De un plumazo, y tras llevarse la ventaja en el tercer cuarto con un parcial de 18-25, China se venía abajo tras completar un encuentro más que digno en el que llegaron a desquiciar a Grecia con una impecable zona en la defensa. Sustentados como era de prever en el interior Yi Jianlian (26 puntos y 14 rebotes), el cuatro de los Washington Wizards tuvo su Némesis en el griego Bourousis. Recuperado ya del sillazo recibido por Krstic hace unos días, el jugador del Olympiacos fue unto a Zisis- el máximos anotador del choque, ambos con 21 puntos.

El base del Montepaschi Siena enfiló el triunfo heleno con tres triples consecutivos para colocar un parcial de 11-2. China, con cuatro jugadores por encima de los 34 minutos -Liu, S. Wang, Sun y Yi- nadó a marchas forzadas para acabar desfalleciendo en la orilla, ahogada en la línea exterior por los siempre presentes Spanoulis y Diamantidis, éste último hambriento por erigirse de nuevo en un hombre clave en esta cita internacional tras perderse el pasado Eurobasket. Si quiere evitar problemas, Grecia deberá mejorar su juego.