nueva york. Esta vez parece que va en serio. Lance Armstrong está decidido a colgar definitivamente la bicicleta. Lo hará cuando concluya la presente temporada, con 39 años y el orgullo de haberse convertido en una leyenda antes incluso de su, para muchos, innecesario regreso a las carreteras. El corredor texano ha querido dejarlo claro, quién sabe si para zanjar de una vez por todas los rumores que pululan en torno a su figura y su relación con el dopaje.
El heptacampeón del Tour echó mano de las nuevas tecnologías para lanzar la noticia. Lo hizo a través de su Twitter. "Y sí, éste será mi último Tour. Fue una andadura fantástica. Me ilusionan las tres semanas maravillosas que vienen por delante", escribió el ciclista la noche del lunes.
Tras ganar siete veces la ronda francesa, Armstrong quiere más. Pretende cerrar su dilatada carrera con una victoria más, la octava, aunque para ello deberá mejorar su rendimiento con respecto al pasado año, cuando regresó a la competición pero tuvo que claudicar ante su entonces compañero de equipo Alberto Contador.
Es la meta que se ha fijado para la carrera que arranca este próximo sábado. Pero Contador volverá a convertirse en el gran obstáculo para alcanzar ese objetivo. El madrileño, que ha mostrado sus credenciales en las carreras en las que ha tomado parte estos meses pasados, llega en un estado de forma óptimo para revalidar su victoria. Armstrong, según dice, también alcanza la cita en un excepcional momento.
El estadounidense, de hecho, escribió en Twitter que está preparado para el desafío: "Última dura prueba antes del Tour. Test en el Col de la Madone. ¿Tiempo récord? No. ¿Cerca? Sí. Estoy listo", rezaba uno de los mensajes de Armstrong, cuya preparación se vio interrumpida por un virus intestinal y por una fuerte caída en la Vuelta a California, celebrada en mayo.
Armstrong, tercero en el Tour de Luxemburgo y segundo en la Vuelta a Suiza, quiere apartarse antes de que le salpiquen las acusaciones de dopaje que comenzaron a lloverle tras las declaraciones de su ex compañero Floyd Landis. El cowboy dispone de una sola bala para agigantar un poco más su leyenda.