vitoria. Un salto, mirada al graderío del Fernando Buesa Arena, un brazo en alto, giro sobre sí mismo, un nuevo salto, aplausos a la afición congregada en el pabellón, otra vuelta y otra y otra más para disfrutar con toda la gente presente en la línea de meta.
Había que saborear el momento de gloria y Enero lo hizo. Ante un público entregado, el triatleta gasteiztarra paladeó cada segundo de esos 200 metros finales en el recinto baskonista. Sin perder detalle. Era un instante histórico. Campeón de Europa de larga distancia y en casa, ante los suyos. "Que más se puede pedir", como desveló poco después.
Emocionado y sin poder contener su alegría el genial deportista alavés cogía la banda nada más cruzar la línea de meta. Nueva mirada al cielo. Felicidad absoluta. Satisfacción por poner el broche perfecto a un más que exigente trabajo de varios meses de preparación.
Eneko ya sabía lo que es ser campeón de Europa de larga distancia. Lo fue en 2003 en Ibiza. Sin embargo, su cara y sus gestos de ayer demostraban que este título para él significaba más. Mucho más. Lo consiguió ante los suyos, en casa, rodeado de amigos y en un trazado que él mismo había diseñado y que causó sensación entre sus rivales por la belleza del entorno. "Increíble", como apuntaba tras cruzar la línea de meta.
El triatleta vitoriano tuvo ayer a Vitoria a sus pies. Desde que se lanzó al agua a las nueve de la mañana en la playa de Landa hasta las 14.35 horas cuando cruzó la línea de meta, el grito fue unánime: ¡¡¡vamos Eneko, vamos Eneko!!! Un aliento incansable que sonó en todo momento y que ayudó al menor de los Llanos a no venirse abajo, pese a la paliza que se metió entre pecho y espalda durante más de cinco horas y media. Por eso, este triunfo es especial para Eneko. Estaba feliz, casi sin dar crédito a lo que tenía ante sí.
A CELEBRARLO CON LOS SUYOS Era la recompensa a las agotadoras jornadas de entrenamiento que ha completado durante estas últimas semanas. Por eso, nada más cruzar la línea de meta fue a celebrarlo con los suyos. Aquellos que le han ayudado a llegar hasta dónde ha llegado. A ser campeón de Europa. Primero un beso a su novias Ruth, después un abrazo con su entrenador Iñigo Mujika y luego otro con sus emocionados padres, José Mari y Rosa Mari. Esta última, con lágrimas en los ojos, no podía ocultar su satisfacción por ver de nuevo al menor de sus hijos en lo más alto del podio, algo que ya vaticinó hace unos días.
Y es que si las mujeres tienen un sexto sentido, las madres quizá posean alguno más. La de Eneko ya avisó sobre su hijo que "cuando se propone una cosa que puede conseguir, la consigue". Pues bien, Eneko tenía en mente ser campeón de Europa en casa y ya lo es. El vitoriano se coronó monarca del continente tras mantener una dura batalla con el danés Jensen, dos veces medalla de bronce en los Campeonatos del Mundo de larga distancia de la modalidad.
El gasteiztarra, se comportó como ese discípulo aplicado que dice su entrenador Iñigo Mujika que es y siguió los pasos de su mentor en todo momento. Llanos salió del agua en el grupo cabecero formado por nueve unidades, a escasos once segundos del mejor en ese tramo, Iván Tejero.
En la bicicleta ya realizó la selección definitiva y para los primeros kilómetros ya sólo estaban en cabeza junto a él, el danés Jensen y el guipuzcoano Peru Alfaro, que posteriormente sería descalificado por no respetar una tarjeta de penalización por haberse puesto a rueda en el tramo de ciclismo.
Los tres llegaron juntos a la transición final. Primero Jensen a tres segundos Eneko y a seis Alfaro. La carrera se iba a decidir en los 30 kilómetros de prueba a pie. El punto fuerte de Eneko este año. Donde sentencia a sus rivales. Así fue. Para empezar el vitoriano fue más rápido que el danés poniéndose sus zapatillas y ambos ya cruzaron juntos el primer paso por el Buesa. Poco más duraron rodando uno con el otro.
Y es que Eneko para el primer kilómetro ya había soltado a su peligroso rival. A partir de ese momento fue aumentando su ventaja. 52 segundos a los 10 kilómetros, 1m 10s a los 20. El título estaba cerca. Sin embargo, no se podía cantar victoria, ya que el intenso calor y la humedad de Salburua podían jugar una mala pasada a cualquiera en un momento dado y echar por traste toda esa renta acumulada. Más aún, viendo que Jensen no se rendía y seguía al acecho de Eneko, por lo que el vitoriano no se podía fiar ni lo más mínimo.
No lo hizo. El alavés siguió a lo suyo. Sufriendo como hace en sus entrenamientos. Con esa constancia y perseverancia que le han llevado a ser uno de los mejores triatletas del mundo. Desde ayer, el más grande del continente. "Una figura", como comentaba el ex ciclista Aitor Kintana mientras les veía nadar por el pantano. "Aquí no sabemos lo que tenemos con Eneko. Va a Estados Unidos y le salen a esperar al avión. Aquí no se valora lo suficiente lo que hay. Es un fuera de serie. Un figura", repetía el ex corredor. Así es. Desde ayer, doble campeón de Europa de larga distancia.