Londres, 24 jun (EFE).- El estadounidense John Isner fue el ganador del partido más largo de la historia del tenis, concluido hoy tras once horas y cinco minutos y después de que anoche fuera aplazado por falta de visibilidad cuando ya había batido el récord, con diez horas.

Su rival y compañero durante la larga hazaña fue el francés Nicolas Mahut, quien acumuló 68 juegos frente a los 70 del estadounidense en el quinto set, cuya duración total alcanzó los 491 minutos.

Se requirieron tres días para decidir el vencedor de este encuentro: Isner, que se clasificó para jugar en segunda ronda ante el holandés Thiemo De Bakker.

Hasta ayer, el partido más largo era el que jugaron los estadounidenses Greg Holmes y Todd Witsken en un segunda ronda de Wimbledon en 1989, que también tuvo que disputarse en tres jornadas distintas y duró cinco horas y veintiocho minutos.

Isner y Mahut superaron además, con creces, los 112 juegos disputados entre los estadounidenses Chalie Pasarell y Ricardo Alonso Gonzales -"Panco"-, en un partido de primera ronda, como éste, en 1969, también en Wimbleon.

Éstos sumaron un total de 138 sólo en el quinto set.

El número de "aces" o saques directos acumulado a lo largo del partido, 215, fue otro de los récords alcanzados por Isner y Mahut, que se enfrentaba por segunda vez en su carrera.

La otra ocasión tuvo lugar en un partido de segunda ronda del torneo de Queen's, también sobre hierba, en 2008, cuando ganó Nicolas Mahut por 7-5 y 6-4.

Estos dos jugadores tenían anotados dos sets cada uno cuando el martes por la noche, día en que comenzó el duelo, el All England Club decidió suspender el partido por falta de luz y justo antes del comienzo del quinto set.

Al reanudarse el miércoles ese enfrentamiento, nadie esperaba poder presenciar un hito histórico.

El asombro y la expectación creció conforme se acercaba al récord de juegos disputados en un quinto set de un enfrentamiento en el SW19, cuando el italiano Pietrangeli y el yugoslavo Pilic ofrecieron un total de 46 (24-22) en un segunda ronda, también de Wimbledon, en 1962, pero lo que vendría después sería mucho más que todo eso. EFE