PRETORIA. La discusión tuvo lugar en el césped y ante la mirada decenas de aficionados que habían acudido a una sesión preparatoria inicialmente abierta al público.
Duverne, un hombre muy próximo al seleccionador, Raymond Domenech, llegó incluso a lanzar su silbato al suelo, antes de ser calmado por otros colegas.
Posteriormente, los jugadores decidieron suspender unilateralmente el entrenamiento, indicó Valentin.
"Los jugadores no quieren entrenarse. Es una vergüenza. En estas condiciones he decidido volver a París y dimitir", afirmó el delegado federativo.
Se trata de un nuevo capítulo de la tensión que vive la concentración de Francia, equipo que está al borde de la eliminación en primera ronda del Mundial de Sudáfrica.
La tensión rozó el paroxismo el pasado jueves en el descanso del partido contra México, cuando Nicolas Anelka dijo a Domenech: "Vete a tomar por culo, sucio hijo de puta".
El delantero del Chelsea fue expulsado del Mundial, mientras los jugadores le han disculpado y han atacado al "traidor" que reportó esa conversación a la prensa.
El centrocampista Frank Ribéry aseguró, por su parte, que la situación "ha explotado" y señaló que Francia es el hazmerreír del Mundial.