La Unión Ciclista Internacional (UCI) ha decidido utilizar un escáner en el próximo Tour para "detectar cualquier dispositivo ilícito que pueda colocarse disimuladamente, por ejemplo, en el cuadro de las bicicletas" con el fin de evitar la posibilidad del "dopaje mecánico". El objetivo es abortar cualquier tipo de fraude tras saltar hace unos meses la polémica con el caso Cancellara, a quien se le acusó de utilizar un motor en su bicicleta.