vitoria. Aquel cabezazo de Angelos Charisteas tras saque de córner que perforó la meta de Portugal concedió a Otto Rehhagel un lugar de privilegio en el Olimpo de los dioses helenos. El técnico heleno acababa de obrar un milago. Había hecho de Grecia, una selección sin historia ni palmarés, campeona de la Eurocopa de 2004, un milagro si se tiene en cuenta que hasta entonces el país sólo se había clasificado para un Mundial (2004) y un campeonato continental (1980), eventos ambos en los que se quedó en primera ronda sin ganar ningún encuentro.

Pero aquel éxito fue un oasis en el desierto y Grecia ha vuelto a desaparecer del panorama futbolístico. Es por ello por lo que tras clasificarse para Sudáfrica 2010 en un grupo sencillo, Rehhagel ha vuelto a confiar en su vieja guardia pretoriana para intentar, al menos, acceder a la segunda fase. El técnico germano volverá a tener a sus órdenes a los Seitaridis, Katsouranis, Karagounis y Charisteas, una columna vertebral que, al menos, tratará de no dar facilidades al rival de turno y provocar dolores de cabeza a las zagas enemigas con balones largos.

En el rincón contrario del cuadrilátero se encontrará a Corea del Sur, un clásico en las últimas ediciones de este evento y que en 2002, ejerciendo de anfitrión, llegó incluso a las semifinales. El actual conjunto asiático respira al son que marca Park, centrocampista del Manchester United que ejerce de catalizador y en muchas ocasiones incluso de brazo ejecutor.