LIVERPOOL. La grandeza del Atlético se nutre de gestas. De esos partidos únicos en los que parece que tiene todo en contra pero que, sin embargo, sin saber muy bien cómo, logra sacar adelante de forma hasta brillante. Pocos, muy pocos, podían esperar nada de un Atlético de Madrid que en la competición liguera mostraba su peor cara. Su devenir en el campeonato doméstico le ha convertido durante todo el ejercicio en el pupas, en ese equipo que colma la paciencia de cualquier afición. No obstante, en Europa ha demostrado con creces que cuenta con virtudes suficientes para colarse en la final de Hamburgo, dejar en la cuneta al Liverpool de Benítez y pelear por un trofeo con, precisamente, el verdugo del equipo local en el torneo continental, el Fulham inglés.
Fiel a su estilo, el Atlético se alió con finales taquicárdicos. La renta cosechada en el Vicente Calderón (1-0) se enjugó con rapidez. Antes del descanso, los Reds equilibraban la eliminatoria y ponían contra las cuerdas a los de Quique Sánchez Flores, el artífice de que la temporada del Atlético no haya sido un verdadero fiasco. Aquilani metía entonces el miedo en el cuerpo.
Y así siguió hasta que el árbitro pitó el final del tiempo reglamentario. Ocasiones en las dos áreas, lamentos en ambos banquillos por situaciones inmejorables para desnivelar la balanza fueron la tónica de un partido vibrante, repleto de sobresaltos.
Pero el vía crucis atlético no hacía sino empezar. Con la sentencia de la prórroga, el conjunto madrileño recibía otro zarpazo bestial. Benayoun colocaba al Liverpool en ventaja con el segundo tanto en su casillero. Sólo le quedaba al equipo inglés mirar al reloj y esperar, resguardarse en su área para firmar el pase a la final. Pero este Atlético buscaba hazañas. No cedió en su empeño por conseguir ese tanto vital que le permitiera ser acreedor a luchar por el trofeo de la Europa League.
Y, fiel a su estilo, con suspense, nervios y una magistral internada por la banda de Reyes -que ha pasado de ser criticado por su afición a ser uno de los jugadores más en forma tras la llegada de Sánchez Flores- propició el pase de la muerte para que Diego Forlán, casi a puerta vacía, marcará el gol decisivo (2-1).
El Atlético se ganó a pulso estar en la final. Más de uno estuvo al borde del infarto. Pero, esta vez el guión no se torció. Por fin, se vuelve a hacer grande.
el fulham bate al hamburgo El conjunto madrileño se encontrará en la final de Hamburgo con el Fulham inglés, que eliminó ayer (2-1) al anfitrión de dicha final clasificándose de esta manera por primera vez en sus 131 años de historia para una final europea.
El Fulham empezó perdiendo en su estadio, el Craven Cottage, después de que el croata del Hamburgo Mladen Petric concediera el primer tanto del partido en el minuto 22, una ventaja que el conjunto de Roy Hodgson no superó hasta la segunda parte.
Simon Davies igualó el marcador en el minuto 69 con un lanzamiento limpio para el que tuvo que deshacerse de cuatro contrarios.
En el minuto 74 un saque de esquina en favor del Fulham, equipo revelación de la temporada, permitió el remate del centrocampista húngaro Zoltan Gera, que entró en la portería de Frank Rost y puso en pie a un público inglés con la cabeza ya en Hamburgo, donde se disputará la final de la Liga Europa el próximo 12 de mayo.
LIVERPOOL Reina; Johnson, Carragher, Agger; Mascherano (Deggen, min. 109); Benayoun (Pacheco, min. 113), Aquilani (El Zhar, min. 88), Lucas, Babel; Gerrard y Kuyt.
ATLÉTICO DE MADRID De Gea; Valera, Domínguez, Perea, Antonio López; Reyes, Assunçao (Jurado, min. 98), Raúl García, Simao; Agüero (Salvio, min. 120) y Forlán (Camacho, min. 116).
Goles 1-0,min. 43: Aquilani. 2-0,min, 94: Benayoun. 2-1, min. 102: Forlán.
Árbitro Terje Hauge. Amonestó a Gerrard (min. 42), Aquilani (min. 51) y Carragher (min. 81) por parte del Liverpool y a Assunçao (min. 52), Valera (min. 66), Forlán (min. 102) y Domínguez (min. 104) por parte del Atlético de Madrid.
Estadio Anfield Road.