orio. "No te lo dirá, pero Beñat estaba pensando en hacer podio tal y como estaba la carrera". Pertenece la reflexión a Xabier Artetxe, director del Seguros Bilbao, que pulió con sus manos y sus palabras al diamante de Zornotza durante su tránsito amateur. "Es que Beñat es así: muy cabezota. Cuando algo se le metía en la cabeza no paraba hasta conseguirlo. Era muy obstinado y sigue siéndolo", ensalza Miguel Bilbao, que dirigió los primeros pasos de Itxausti en la Sociedad Ciclista Amorebieta, donde se inició en el ciclismo en categoría alevín. Años después, al refugio del éxtasis producido por su tercera posición en la Vuelta al País Vasco, trata de explicar "algo increíble para mí" mientras una pancarta vocifera, entusiasta, exultante, Eman egurre.
¿Qué sensaciones le deja el podio final de la Vuelta al País Vasco?
Estoy flipando. No me esperaba estar en el podio al empezar la carrera. Tenía buenas sensaciones pero una carrera como estas te da respeto. Eso sí tenía muy, muy buenas sensaciones antes de empezar la carrera. Sabía que venía bien, confiado, porque anduve bien en el Criterium, pero nunca esperas algo así. Es algo impresionante y no me lo acabo de creer. Para mí es increíble estar en el podio con Horner y Valverde por delante de gente como Gesink. Venía con la intención de trabajar, pero mira lo que hemos conseguido al final.
¿Ha notado la responsabilidad?
Ha sido un cambio grande psicológicamente. No vamos a engañar a nadie, he notado la presión porque yo venía a trabajar para Samu, que se merece un respeto, fue tercero en la pasada Vuelta al País Vasco y veía para ganar, pero luego la carretera me puso ahí y he luchado cada día por mantenerme arriba. Asumo la responsabilidad y sé que es una cosa que tengo que llevar encima. He demostrado que puedo estar delante y que la afición está con el equipo y que está conmigo. Y eso es de agradecer. Ha estado impresionante.
¿Cambian ahora sus objetivos?
Hay que ser cautos y tener los pies en la tierra como me ha dicho Egoi nada más acabar la carrera, cuando me ha abrazado. Él me ha dicho que lo que he hecho es algo grande, pero que esté tranquilo, que tenga los pies en la tierra y que no esté en el cielo todo el rato, en la nube. Hay que ser cautos e ir poco a poco. Hay que ir con prudencia porque el salto es importante. De momento hay que celebrar lo que hemos hecho y no vamos a pensar en grandes objetivos.
¿Cómo ha vivido la contrarreloj?
No sabía nada de Purito. La referencia era la de Samuel, que había hecho una buena crono y cada kilómetro el director me estaba diciendo cuáles eran las referencia y eso me ha ayudado. He dado todo lo que tenía, he ido a tope hasta meta y más cuando he visto que tenía cerca a Andy Schleck. He apretado un poco más. Cuando he pasado meta me han dicho que iba cuarto y un poco más tarde me han dicho que era podio. Me queda la pena de que en la bajada no he arriesgado, he sido cauto, y me he dejado algunos segundos, pero el podio lo compensa todo.
¿Se ha sentido respaldado por el equipo?
El equipo desde el lunes estuvo todo el rato conmigo, sabía que estaba bien, en buen momento de forma y después de Zierbena me han apoyado en todo momento. En Arrate salimos con una táctica buena, Samu tuvo toda la libertad para buscar la victoria de etapa y nos salió redondo. Yo tenía que marcar mi ritmo, ir poco a poco, y con la referencia visual que tenía, ir manteniendo y así lo hice. El equipo ha confiado en mí y me he sentido arropado todos los días y es algo que les agradezco a todos, del primero al último. Hasta el día de ayer me arroparon lo mejor posible y hoy era mi trabajo, el trabajo individual.
¿Ha notado el esfuerzo de estar luchando por la general durante tantas jornadas?
La fatiga mental y física de todos los días está ahí, lo he notado y lo he acusado. De hecho, está noche me ha costado dormir bien un poco. Le he dado bastantes vueltas a la cabeza a todo lo que me estaba pasando.
Y ahora, la Klasika de Amorebieta.
La de Amorebieta es la carrera de casa para mí y es especial. Vamos a ir con Samu, con Igor Antón con la intención de ganar. Porque no pensar en redondear las semana ganando allí.