Joseba Beloki habla ante la atenta mirada de David Etxebarria en la conversación que mantuvieron con DNA en el hotel Kurutziaga de Durango. Foto: David de Haro

Joseba Beloki y david etxebarria

ex ciclistas y directores del Café Baqué y Koplad uni2

"Nuestra retirada del ciclismo fue traumática, pero el tiempo nos ha devuelto a nuestro sitio"

David Etxebarria y Joseba Beloki se estrenaron ayer como directores con la apertura del calendario en Zumaia, mientras el temporal obligó a suspender la cita de hoy en Soraluze. El de Abadiño dirigirá al Koplad-Uni2 y el lazkaoarra, vitoriano de adopción, será el adjunto de Rubén Gorospe en el Baqué.

Alain Laiseka

durango. Para Joseba las visitas a las carreras, el abrazo a los viejos amigos, eran como un baño de Napalm. Volvía a casa y se exorcizaba a golpes contra la pared. Era el bicho del ciclismo. ¡Dios cómo ardía aquello! David, en cambio, evitó cualquier tipo de contacto. Borró su pasado como si estuviese escrito con tiza en la pizarra. Fueron dos formas de tratar de subsistir a una retirada traumática después de que les arrollara la Operación Puerto. Distintas veredas para llegar al mismo destino que es a su vez punto de partida: el ciclismo.

Arranca la temporada. ¿Qué sienten?

David Etxebarria: ¿Yo? Que tengo unas ganas enormes. Estoy expectante. Me intriga saber con qué situaciones me voy a encontrar y cómo las voy a solventar.

Joseba Beloki: En mi caso lo tengo algo más fácil que David. Yo me acoplo al proyecto de Rubén Gorospe. El poder ir acompañado y tomar nota de todo me da ventaja. Más que director, yo me encargo de preparar a los chavales y de estar con ellos entre semana. Pero también me ilusiona empezar a ir a las carreras. Tengo ganas e incertidumbre por ver qué se siente a este lado de la ventanilla.

D.E.: Eso, incertidumbre. Se van a dar circunstancias que desconocemos y que dábamos por supuestas y solucionadas cuando éramos corredores. Ahora, nosotros tenemos que dar soluciones a los problemas.

¿Con qué se han encontrado en su regreso al campo amateur? ¿Qué les ha llamado la atención?

J.B.: La falta de oficio. Cuando pasé al Kaiku me encontré con Olano, Noguera, Iñigo Zarrabeitia, Urizar, Palacín... Los equipos eran entonces estructuras profesionales. Ahora también veo que hay equipos con categoría para pasar a corredores, pero creo que a éstos les falta oficio.

D.E.: Yo veo una descentralización importante del ciclismo en el Estado. Antes venía todo el mundo a correr a Euskadi y ahora son los equipos vascos, muchos, los que salen fuera a correr. Antes eso no existía. Y provoca una imagen desoladora. Lo vi el pasado año en algunas carreras de agosto y septiembre donde corría medio centenar de corredores. Eso era impensable. Cuando hay poca gente es más complicado que haya calidad.

Que el ciclismo aficionado vasco está enfermo es innegable. ¿La situación es extrema?

D.E.: La situación es extrema, ciertamente, pero lo bueno es que en una situación extrema lo único que se puede hacer es mejorar. Creo que estamos lo más abajo que se podía estar y eso va a repercutir en el mundo profesional, que está mal, pero aún puede ir a peor. Hay que cambiar cosas. El calendario, por ejemplo.

J.B.: Es que yo ahora mismo creo que estructuras como la nuestra no están preparadas para correr todo el calendario vasco. Se está tendiendo a crear estructuras más pequeñas, más centralizadas para poder trabajar bien con los chavales que no tienen nada que ver con las macroestructuras de nuestro tiempo. Y, sin embargo, el número de carreras se mantiene. Por eso hay algunas que se quedan como un solar. Antes las carreras se llenaban siempre.

D.E.: De todas maneras, la Federación Vasca se está moviendo bien.

J.B.: Eso es cierto.

D.E.: Creo que este año se va a ver qué carreras pueden seguir y cuáles van a ser reducidas para unificar el calendario. Es un trabajo que se va a ver de aquí a dos o tres años.

J.B.: Puede ser una temporada de transición y de probatura. Creo que de cara al futuro va a ser importante lo que suceda este año. El ciclismo aficionado vasco no está muerto, pero va a tener que cambiar.

D.E.: Repito que lo bueno que tiene esta situación es que más abajo no podemos estar. Las federaciones se están moviendo, los equipos también... Se trata de adaptarse.

J.B.: Los equipos se adaptan confeccionando plantillas más estrechas pero sigue habiendo gente de calidad. El nivel no baja. En aficionados pasa lo mismo que en profesionales: hay menos gallos rematadores que antes. ¿Una muestra? En nuestro tiempo era impensable ver a gente del Tour ganando en Mallorca, París-Niza... y encadenar hasta Francia. En aficionados hay gente muy buena, con mucha calidad, pero es la media lo que ha bajado.

D.E.: Claro, la media es cuestión de que haya mucha gente.

J.B.: Evidentemente, se cumple eso de que de la cantidad sale la calidad. Estamos en esa transición que creo que va por buen camino. Hay que sacar esto adelante.

Baqué con once chavales de entre 19 y 21 años. ¿Puede ser un buen metropatrón del cambio?

D.E.: Es la evidencia de que el ciclismo amateur gira hacia la franja sub" 23. Los élite son cada vez más invisibles para los equipos profesionales. Eso obliga a variar el calendario, a poner menos carreras, a que sean más selectivas... La reducción traerá la mejoría.

J.B.: Son pasos necesarios. Con la mentalidad de hace cuatro años, éstos hubiesen sido impensables, pero después de tocar fondo, ahora todo va encaminado a una reestructuración que nos saque de donde estamos. Fíjate si ha cambiado la cosa que yo pasé a profesionales con 24 años cuando ahora eso es...

D.E.: Imposible.

J.B.: Pero lo de antes era otra guerra. Había equipos con plantillas amplias que se podían permitir arriesgarse con dos o tres corredores. Ahora incluso tiene un sentido mercantil el hecho de fichar a un joven de 20 años al que le puedes sacar rendimiento durante más tiempo.

D.E.: El futuro aficionado es sub" 23.

¿Qué tiene que aprender un ciclista aficionado antes de dar el salto?

D.E.: Lo ha dicho Joseba: oficio.

¿Qué es eso?

D.E.: Saber cómo y cuándo parar cuando pincha un compañero, por ejemplo. O formas de entrenar. O afrontar situaciones en las que no estás bien. O saber ganar...

J.B.: Es una cuestión de principios que antes te llegaban de la necesidad y ahora hay que inculcar porque los chavales vienen con otra mentalidad.

¿Son menos maduros que ustedes con la misma edad?

J.B.: Sí. Son listos, pero en general tienen una forma de vivir que retrasa su madurez en comparación con nuestra época. Pasa en todos los deportes.

D.E.: Se nota, por ejemplo, en el sacrificio deportivo. A la gente le cuesta más esforzarse.

J.B.: Siento que renuncian demasiado pronto, que se rinden, que no luchan como antes.

Después de tanto tiempo deciden ustedes volver. ¿Por qué ahora?

J.B.: A mí me hubiese gustado haber vuelto antes. De hecho, lo intenté de mil maneras y ninguna fue posible. Se vivió lo que se vivió en su momento y... Ha habido gente que se ha podio desconectar del ciclismo, pero yo no, no me ha sido posible. Llegó un momento en el que me di cuenta que no tenía sentido sufrir intentando evadirme de un mundo por el que todavía sentía tanto. Entonces salió lo de Baqué.

D.E.: Durante dos años no quise saber nada de ciclismo. Pero luego, al final, uno siempre vuelve a sus orígenes. Empecé con el tema de organizar la Bira y me gustó; y luego llegó la oportunidad de dirigir al Koplad-Uni2 y acepté. Soy consciente de que las emociones no van a ser las mismas que tenía cuando era corredor, pero también va a ser bonito enseñar lo que crees que sabes, tu visión del ciclismo.

J.B.: Es que tengo la sensación de que nunca nos hemos ido. De una forma indirecta hemos estado. Y eran terribles, al menos para mí, las visitas a las carreras. Era lo que peor llevaba. Luego, llegaba a casa y tenía aún más ganas de volver.

D.E.: Nos marcó mucho nuestra forma de salir del ciclismo. Fue traumática, no una retirada decidida. Yo tenía pensado hacer un año más y despedirme yendo a las carreras sabiendo que era el último año. Pero no fue así. Y al ser todo tan traumático te cuesta más asimilar que ya no estás metido en el mundo del ciclismo. Todo tiene su proceso y a nosotros nos ha costado cuatro años volver.

J.B.: Cuando sales por la puerta de atrás sólo te queda el berrinche. Pero el tiempo te devuelve a tu sitio. Es como un río al que le cambian el cauce; tardará lo que sea, pero volverá a su camino.

Hay quien puede pensar que son ustedes dos ex ciclistas dolidos que vuelven con ganas de revancha.

J.B.: No, no, no, olvídate de eso.

D.E.: No. Eso hubiera sido el primer año, quizás. Entonces sí que estábamos dolidos y veíamos las carreras con ojos de profesional y pensando que podíamos estar ahí, corriendo. Ahora es otra cosa. Ya no somos ex ciclistas, sino directores. Es un matiz importante.

¿Qué pueden aportar dos corredores de otra época como ustedes al ciclismo de ahora?

J.B.: Es otra de las razones por las que volvemos. Yo me veo útil. Desde el coche podemos aportar mucha experiencia.

D.E.: Hemos tenido diferentes directores y de todos hemos podido aprender algo. Ahora se trata de poner todo eso en práctica.

Sus carreras las marcó Manolo Saiz, casi se puede decir que son ustedes sus hijos.

J.B.: Más que hijos de Manolo, somos gente que hemos vivido una época importante de nuestras vida junto a él. Al final, en esa travesía acabas aprendiendo. Las cosas buenas y las malas. Todo cuenta. Ahora creo que somos suficientemente hábiles para quedarnos con las positivas y saber identificar las negativas. Nuestro trabajo es que estos chicos no caigan en los hábitos en los que nosotros hemos podido llegar a caer.

D.E.: El tema de Manolo se ha llevado al extremo, se le ha demonizado. Manolo tuvo cosas malas, pero también buenas, muchas, que tenemos que saber aplicar en esta etapa.

En la que serán ustedes rivales.

J.B.: Te aseguro que éste y yo no nos vamos a enfadar.

D.E.: Cada uno mirará sus intereses, pero seguro que...

J.B.: Seguro que conociéndonos como nos conocemos, más de una vez haremos cosas juntos.

D.E.: No nos vamos a tirar los trastos el uno al otro.

J.B.: Es muy probable que nos busquemos como lo hacíamos cuando corríamos juntos.

sus frases

"Lo que más me ha llamado la atención es la falta de oficio que tienen los corredores"

JOSEBA BELOKI

"El ciclismo aficionado vasco no está muerto, pero va a ser importante lo que suceda este año"

david etxebarria