atenas. La fortaleza exhibida por el Olympiacos en su feudo se presenta como una dura prueba para el Girondins de Burdeos de Laurent Blanc, que intentará confirmar su buen hacer en la Liga de Campeones y ratificar todas las buenas vibraciones de la primera fase. El conjunto heleno, ahora dirigido por el serbio Bozidar Bandovic, que relevó en el cargo al brasileño Zico, cimentó su clasificación para los dieciseisavos en su labor en el Georgios Karaiskakis, donde venció sus tres encuentros.

Aunque lo hizo por la mínima, esas tres victorias ante el AZ Alkmaar (1-0), Standard de Lieja (2-1) y el mismísimo Arsenal (1-0), son todo un aviso a navegantes, una advertencia para el cuadro bordelés de que no puede fiarse. Los hombres de Laurent Blanc fueron capaces de clasificarse como primeros en un grupo en el que, a priori, Bayern de Múnich y Juventus de Turín partían como favoritos.

Protagonista de un juego atrevido y efectivo, liderado por el talentoso mediapunta Gourcuff, el campeón de la Liga francesa ganó todos sus partidos a excepción de un empate ante el Juventus, equipo que finalmente fue relegado al tercer puesto del grupo y condenado a jugar la Liga Europa. Con estos antecedentes -tan sólo dos goles encajados en la primera fase-, los bordeleses aspiran a hacer algo grande en una competición en la que quieren asentarse tras haber desbancado ya al Lyon como equipo de referencia en Francia. Quizá más atractivo que este duelo sean los dos que se disputarán mañana. El Sevilla debe realizar un complicado desplazamiento a tierras rusas para enfrentarse al CSKA de Moscú, mientras que el Giusseppe Meazza acogerá un duelo teñido de morbo entre el actual equipo de Jose Mourinho, el Inter, y su anterior club, el Chelsea. Dos gallitos que se medirán por una plaza en los cuartos de final.