AMURRIO Talledo, Adriano, Alzola, Kuko, Ioritz, Álvaro, Alain (Zumalakarregi, m. 76), Yangüela, Iñigo (Zubizarreta, m. 46), Pinedo (Pereda, m. 86), Barrasa.
LAUDIO José Carlos, Garmendia, Aitor, Goñi, Larrainzar, Joseba Agirre, Otegi (Etxeba, m. 66), Javi Antón, Iker Martínez (Alfredo, m. 80), Javi García (Silas, m. 56), Pastrian.
Árbitro Asier Grandmontagne. Amonestó a Ioritz, Álvaro, Iñigo, del Amurrio, y a Garmendia, Joseba Agirre, Otegi, Iker Martínez y Javi García, del Laudio. Expulsó por doble amarilla a Kuko en el minuto 42, del Amurrio, y por roja directa en el minuto 90 a Javi Antón, del Laudio.
amurrio. La extrema igualdad marcó el derbi disputado anoche en Basarte en el que ambos equipos necesitaban la victoria para romper sus nefastas rachas. El punto no vale de mucho a ninguno de los dos contendientes, que deberán esforzarse aún por alcanzar sus objetivos. El tren del ascenso sigue lejos para el Amurrio, mientras que el Laudio continúa en descenso.
En cualquier caso, aún quedan jornadas para que los dos conjuntos alaveses den un golpe de autoridad y su situación experimente un giro radical. La ansiedad por ganar generó numerosos errores en ambas partes en un partido marcado por la escasez de ocasiones. La enconada lucha y la intensa brega fueron las notas distintivas de un partido con juego poco vistoso.
El empate se puede considerar justo, pero el Laudio fue el que generó más aproximaciones a la meta rival. En cualquier caso, a ambos les costó generar ocasiones. Aitor botó una falta y el balón llegó a Iker Martínez, cuyo lanzamiento lamió el poste de la meta defendida por Talledo. Ningún equipo se hizo con la iniciativa del juego en una primera parte en la que el juego se desarrolló principalmente en medio campo. El gol estuvo cerca para el Laudio en el minuto 19, cuando un centro de Garmendia fue despejado desde la línea de gol por Ioritz.
El Amurrio quería dominar, pero tenía dificultades en generar llegadas nítidas al área rojiblanca. Pudo adelantarse en un centro de Alzola, que se le escapó a José Carlos y se estrelló en el poste.
Tras el descanso, el Amurrio se hizo con el control, pero cometía muchas imprecisiones. El excesivo respeto entre ambos equipos derivó en que ninguno arriesgara. La inferioridad numérica lastró en la segunda parte al Amurrio, que apenas generó ocasiones claras.