castellón. Expulsiones. Bronca en la grada. Y hasta más de un empujón en el camino a los vestuarios. El Villarreal supo sacar mejor partido del lío final -penaltis sancionados y penas máximas para la polémica en el último suspiro- con el que se puso colofón a su duelo con el Athletic (2-1). Capdevila abrió la lata a los cinco minutos de juego. Gabilondo, veinte minutos más tarde, logró la igualada. Pero Nilmar, poco antes del descanso, volvió a colocar a flote al submarino amarillo. El árbitro Clos Gómez asumió el protagonismo con las expulsiones de Godín, Javi Martínez, Orbaiz y el entrenador Joaquín Caparrós. Foto: efe
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