LA segunda derrota en casa ha supuesto que el Baskonia ya no dependa de sí mismo para clasificarse entre los dos primeros. Ahora deberá esperar a que el Khimki pierda en Zagreb (aunque para entonces el equipo croata seguro que ya no tiene ninguna opción, por lo que su rendimiento puede que baje) o pierda contra el Olympiacos en casa (juega la última jornada y para entonces seguro que el equipo heleno tendrá asegurado el primer puesto) y además que el Caja Laboral gane por más de 11 puntos en su visita a Moscú dentro de dos semanas. La dificultad radica en que el juego del Khimki es mucho más sólido en casa y sus jugadores se sienten más cómodos. Pero como la esperanza es lo último que se pierde, hasta que haya opciones hay vida y tendrán que darlo todo. En el partido de Vitoria pude observar que los bases titulares dominaron a los suplentes. Con Raúl en cancha Ribas no pudo en ningún momento controlar el ritmo de partido. Y con Marcelinho, Cabezas estuvo muy poco acertado. Por parte del Caja Laboral noté una falta de claridad en las rotaciones. Demasiados cambios con muy poco margen de error. Dusko lo intentó con tres bases, con Herrmann de 3 y de 4, agotó todas las opciones posibles en los emparejamientos interiores, etc. A nivel táctico dominó el Khimki. Con balón a Splitter hacian trap 2x1 y permitían el tiro exterior debido a que los baskonistas estaban muy desacertados. Con McCarty, si le defendían Oleson o English les metía en el poste bajo, donde les superaba físicamente, y, si le defendía Herrmann, lo sacaba a la línea de tres donde era más rápido que él. En el pick and roll utilizó dos defensas siempre permitiendo únicamente el tiro de los bases y dificultando el pase a la continuación de los pívots. En cuanto a la incorporación de los lesionados, en vez de dar más opciones al entrenador, ha desestabilizado los roles de los jugadores. Cada uno que sale piensa que se la puede tirar cuando quiera sin pensar en aportar en otras facetas del juego. Tanto el balance defensivo como la transición ofensiva estuvieron por debajo de lo que se le presupone a un equipo de este nivel. La presencia forzada de Splitter la vi normal porque el club se jugaba su futuro en esta competición. Vi a un Tiago sin limitación de movimientos a pesar de salir de una lesión pero sin poder ser dominante como en otros partidos. En definitiva, el conjunto ruso atacó los puntos débiles del Baskonia y su estructura de equipo siempre actuó en función de la del rival. Otra vez más un inicio de partido donde el contrario plantó una defensa al límite de la legalidad fue el principio del fin. Ahora a pensar en el Valencia y a que cada jugador busque su sitio en el equipo.