BUENOS AIRES. El segundo Dakar en suelo latinoamericano partirá con un importante descenso en la cifra de participantes debido a la crisis económica y con nuevas reglas para las máquinas de dos ruedas para, a priori, favorecer la igualdad entre los pilotos.

Serán 362 los vehículos que afrontarán la carrera, con 176 motos y quads, 134 coches y 52 camiones, que recorrerán más de 9.000 kilómetros, 4.806 cronometrados, repartidos equitativamente en 14 etapas entre Argentina y Chile.

A diferencia de la edición anterior, el recorrido se realiza en sentido contrario a las agujas del reloj e incluye una extensa visita al desierto de Atacama, el más árido del planeta y poblado por majestuosas dunas.

En la categoría de coches, todas las miradas estarán puestas en el equipo Volkswagen y, sobretodo, en el piloto madrileño Carlos Sainz, que afronta su cuarto Dakar con el cartel de favorito y con ganas de adjudicarse su primera corona en la prueba más dura del mundo.

El año pasado estuvo cerca de conseguirlo, pero un accidente a cuatro etapas del final cuando lideraba la clasificación con casi media hora de ventaja lo obligó a abandonar la carrera.

La armada de Volkswagen cuenta con otros pilotos con opciones al título, como el surafricano Giniel De Villiers, campeón en la pasada edición, o el qatarí Nasser Al Attiyah, quien aterrizó en la marca alemana procedente de BMW.

Otra amenaza serán el francés Stéphane Peterhansel, nueve veces ganador del Dakar compitiendo en motos y coches, y el español Nani Roma, quienes desembarcaron en el equipo BMW X-Raid tras el abandono de Mitsubishi de la competición de rallys.

El estadounidense Robbie Gordon, tercero el año pasado al volante de un espectacular Hummer, luchará de nuevo por obtener un cajón en el podio.

Las esperanzas latinoamericanas recaerán en el argentino Orlando Terranova, con un Mitsubishi comprado a la fábrica nipona, y en el chileno Carlo de Gavardo, quien competirá con un Hummer del equipo de Gordon tras un generoso y polémico aporte económico del gobierno de Chile.

En la categoría de dos ruedas, el cambio en la regulación impuesto por la organización, que limita la potencia de las motos a 450 cc, aporta al rally una dosis de suspense, aunque Marc Coma, campeón en 2006 y 2009, sigue siendo favorito en las apuestas.

Coma correrá este año con en el equipo 1forall-KTM a lomos de una máquina de 690 cc con una brida para limitar la admisión de combustible, acompañado de su amigo y escudero Jordi Viladoms y el holandés Henk Knuiman.

Sus principales contendientes serán los franceses Cyril Despres, segundo el año pasado y campeón en 2007, y David Fretigné, tercero en 2009 y que podría beneficiarse de la ligereza de su Yamaha de 450 cc.

Otro piloto que aspira a mantenerse entre los mejores es el chileno Francisco 'Chaleco' López, quien ha cambiado la KTM de 690 cc del año pasado por una Aprilia oficial de 450 cc con la que está encantado de la vida.

Además 'Chaleco' conoce al dedillo el exigente tramo chileno de la carrera y cuenta, a diferencia del 2009, con un 'mochilero' a su disposición, el español Gerard Farrés.

En quads, el checo Josef Machacek defenderá el título conseguido en los dos últimos rallys, aunque Argentina será un clamor a la hora de animar a Marcos Patronelli, segundo el año pasado, y que se convirtió en todo un héroe nacional.

Todos los vehículos marcharán hoy por el centro de Buenos Aires desde el recinto de La Rural hasta el Obelisco, en la Avenida 9 de Julio, uno de los puntos más simbólicos de la capital argentina.

Después, los pilotos circularán en enlace hasta Colón, a poco más de 300 kilómetros de Buenos Aires, desde donde mañana partirá la primera etapa, entre Colón y Córdoba, con 251 kilómetros cronometrados.