los duelos contra el Real Madrid, sobre todo en el Buesa Arena, no son uno más. A pesar de que por Vitoria durante la última década han pasado los mejores equipos de Europa, los enfrentamientos contra los merengues siempre se vivirán de un modo especial. Fue un partido donde había muchas cosas por demostrar. En primer lugar, por parte del público, que demostró sus conocimientos baloncestísticos y recibió como se merecían a sus ex ídolos. Prigioni, a demostrar que es insustituible en su ex equipo, cosa que no consiguió. En ningún momento pudo llevar la manija del partido y se vio superado por la intensidad del Caja Laboral. La dupla Huertas- Singletary, en demostrar que la directiva baskonista no se había equivocado en su contratación para cubrir la vacante en el puesto de base. A Huertas, este encuentro le sirvió para convencerse que a pesar de no estar al cien por cien, con él en el campo la orquesta suena de otra manera. Y Singletary, capaz de lo mejor y de lo peor, es un auténtico jugador de play-ground. Splitter versus Reyes, por ver quién se llevaba el gato al agua en su enésimo enfrentamiento. Indiscutiblemente, Tiago ganó por K.O. técnico. Ivanovic vs Messina, por demostrar quién planteaba mejor el partido y quién estaba más acertado en los cambios defensivos, tiempos muertos, emparejamientos... La falta de continuidad del Madrid, a pesar de tener destellos de gran calidad, no dejó vislumbrar las grandes cualidades de estratega del italiano. Los suplentes interiores (Barac y Eliyahu), en demostrar que con ellos en campo no baja ni el rendimiento ni la intensidad del juego. Su gran aportación en este partido les dará crédito para próximos compromisos. Además, su gran aportación permitió a Ivanovic acabar el pulso con los hombres teóricamente titulares y encima más descansados. Ribas, en demostrar que con la recuperación de Huertas su puesto natural es el de escolta, que es donde más daño hace ofensivamente hablando. En ataque se encontró con situaciones de tiro que pudo encestar con los pies bien colocados y en defensa se multiplicó. Esta victoria tan contundente ante un Madrid, que recordemos le barrió en la Supercopa, provocará que el Caja Laboral como equipo gane en seguridad en sí mismo. Esa mayor seguridad les va a ayudar a esforzarse al máximo. Les va a permitir aceptar críticas en momentos no tan buenos. La consecución de este tipo de triunfos no debe tener como propósito el deslumbrar a los rivales o al público, sino reforzar la seguridad del conjunto para la consecución de las metas que se hayan propuesto. El éxito que cosechó el Baskonia no solo se debió al talento. También influyeron notoriamente la concentración, el máximo esfuerzo y una actitud positiva. Decía Kanter que "a menudo ganar es resultado de la perseverancia, de no rendirse cuando todo parece perdido. Confiar en que podemos cambiar las cosas es una muestra de seguridad". Pero no olvidemos que, tras el partido contra el Madrid, sigue habiendo vida y nuevos contrincantes ante los que también hay que demostrar todo lo ofrecido el pasado sábado.
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