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El "Tigre" se hace gato

Es una de las noticias de mayor repercusión y que llega como contraposición al posible regreso de uno de los más grandes deportistas de todos los tiempos a los circuitos, el alemán Michael Schumacher. En Alemania esta opción ya la dan por hecha. Y como unos llegan, otros se van en este volátil mundo de los deportes. El caso es que Tiger Woods (30-XII-1975, Cypress, California) se ha visto engullido por las turbulencias de su mediático escándalo amoroso. Ayer, el estadounidense, el segundo golfista con más majors de la historia después de Jack Nicklaus, decía adiós a la actividad deportiva de manera indefinida, después de reconocer por vez primera y de forma pública en su página web la infidelidad que le acecha en los planos personal y profesional en los últimos días, desde que se conociera la versión oficial sobre su accidente de coche cuando escapaba motorizado de los celos de su mujer, la ex modelo sueca Elin Nordegren, con quien tiene una hija de dos años y un hijo de diez meses. El Tigre se va y lo hace sacudido por la polémica. El salvaje animal, indomable a la hora de proyectar lo que mejor sabe hacer, se convierte al cautiverio familiar, se hace gato, hermano menor, recluido en un escenario casero, donde aspira a ser todo lo grande que ha sido con el palo en mano. Los Grand Slam se jugarán a partir de ahora en casa.

"Después de mucha introspección, he decidido tomar un descanso indefinido como golfista profesional", anunció al mundo el hombre de los 14 majors, cuatro menos que los de Nicklaus. Y la razón es bien clara, motivada plenamente por los últimos acontecimientos. "Necesito enfocar mi atención en ser un mejor esposo, padre y persona". O sea, cuestión de recuperar la credibilidad y el respeto perdidos, empezando desde dentro hacia fuera, desde el seno de su persona, pasando por el familiar, hasta llegar el día de mañana al gran público con una nueva imagen de ya ex número 1 mundial. "Soy muy consciente de que mi infidelidad ha decepcionado y ha herido los sentimientos de mucha gente", confesó Tiger, hijo de Earl Woods, veterano de la guerra del Vietnam.

"Lo que es más importante ahora es que mi familia tenga el tiempo, privacidad y el refugio que necesitamos para la cura personal", manifestó en el comunicado el norteamericano, inmerso en una cruzada alejada del golf que pretende salvar su relación familiar.

La noticia de la retirada de Woods, quien se proclamara con 21 años la persona más joven en alcanzar un major, también caló hondo en la Asociación de Profesionales del Golf (PGA), la cual comunicó con celeridad su apoyo al jugador, revolucionario de la disciplina, espejo de la actividad como lo son Jordan en el baloncesto, Valentino Rossi en el motociclismo o Schumacher en el automovilismo. Gurú. "Sus prioridades son muy claras y respetaremos la petición de privacidad para su familia", recalcó el comisionado de la PGA, Tim Finchem, quien también comunicó que se esperaría con brazos abiertos el regreso a la competición del californiano. "Nadie mejor que Tiger para conocer qué es lo que tiene que hacer en estos momentos nada fáciles para él y su familia", añadió Finchem. De este modo, Woods vuelve a la sombra sobre la que permaneció ocho meses hace ahora casi un año como proceso de recuperación de su operación de rodilla. Período de vacío de una leyenda del golf que generó un descenso del 50% en la audiencia televisiva del PGA Tour. El Tigre se hace gato, se vuelve casero, dócil, tras entonar el mea culpa y los perdones, dejando por el retrovisor 14 majors. El golf pierde su cara más bonita.

Eldrick Tont "Tiger" Woods saluda al público durante la Copa Presidentes.