LONDRES. El sueco Robin Soderling se tomó hoy la revancha ante un desquiciado Djokovic en sólo dos sets por 7-6 (5) y 6-1 y se confirmó como líder en solitario del grupo B con dos victorias, un logro sorprendente dado que participa en la Copa Masters en sustitución del lesionado Andy Roddick.
El serbio, número tres del mundo, dio muestras de nerviosismo desde los primeros compases del partido, lo que facilitó el triunfo a su rival de hoy.
Soderling, verdugo del español Rafael Nadal en la primera jornada del torneo, superó así a una de sus particulares "bestias negras", ya que en ninguno de sus cinco enfrentamientos anteriores había conseguido vencer a Djokovic, quien además fue el encargado de dejarle sin posibilidades de quedar entre los ocho primeros de la ATP tras ganarlo en cuartos de final en París.
El sueco, número nueve de la clasificación ATP, confirmó así su pase a las semifinales del torneo, en el que además participa por primera vez.
Los primeros diez minutos bastaron para que Djokovic ya manifestara que se sentía alterado. Malas caras, protestas por las decisiones del "Ojo de Halcón", la raqueta por los suelos o golpeada virulentamente contra el talón de sus zapatillas, como si estuviera jugando en tierra batida en vez de en pista, dejaron traslucir que el serbio no se encontraba cómodo en la cancha.
Soderling, mientras tanto, iba a lo suyo. Con un porcentaje de primeros servicios siempre superior al 60 por ciento -mientras que su rival comenzó los primeros juegos por debajo del 40 por ciento-, el sueco ganaba cómodamente su saque y complicaba al serbio su servicio.
Todo podría haber cambiado con el décimo juego, cuando el sueco tiró por la borda tres bolas de set consecutivas y dio vida al hasta entonces desesperado Djokovic, quien celebró por todo lo alto conseguir el "deuce" después de un largo peloteo -38 veces pasó la pelota de un lado a otro de la red- que acabó cuando el sueco subió a la red y mandó fuera su volea.
Soderling consiguió, a duras penas, volver a imponerse con su saque, a lo que el serbio respondió venciendo el duodécimo juego con facilidad para llegar así al desempate.
La igualdad entre ambos fue mayor a medida que fue avanzando el primer set gracias a que Djokovic mejoró su primer servicio, aun así sin alcanzar el nivel del sueco en esta materia, ya que se anotó siete "aces" en este período.
Lo parejo que estaba el partido también se reflejó en el desempate, aunque de nuevo el estado alterado del serbio -que volvió a mostrar en esta fase evidentes síntomas de nerviosismo- favoreció a Soderling, que se rehizo y acabó alzándose con el primer set.
Tremendamente descentrado, el serbio no supo remontar el vuelo y volvió a perder su saque en el tercer, el quinto y en el séptimo y definitivo juego, sirviendo en bandeja la victoria a su rival.
Prueba de lo alicaído que acabó el duelo Djokovic fue que sus protestas, gestos y gritos menguaron de forma sustancial, incapaz de hacer frente a un Soderling que se mostró poderoso en su servicio pero que no desentonó desde el fondo de la pista.