la polémica en el deporte
La clamorosa mano de Henry en el partido ante Irlanda que clasificó a Francia para el próximo Mundial de fútbol no es más que la última argucia del mundo del deporte, cuya historia está repleta de episodios no demasiado limpios.
Hecha la ley, hecha la trampa
LA trampa nació en el mismo momento en el que se instauró la ley. La innata necesidad de alcanzar el triunfo sin pararse a pensar en el respeto al reglamento se remonta, tanto en la vida como en el deporte, a tiempos antiquísimos. Sólo han variado las formas, los procedimientos. Ya en 1904, en los Juegos Olímpicos de Saint Louis, se constató que Fred Lortz, el atleta que había cruzado la línea de meta en primer lugar, había completado parte del recorrido en coche. A partir de ahí, los casos no han dejado de sucederse. El último se vivió el pasado miércoles en el pugna entre Francia e Irlanda por un hueco en el Mundial. En la prórroga, partiendo de posición de fuera de juego, Thierry Henry controló con el brazo el balón y centró con el pie para que William Gallas marcara el 1-1 que sellaba el billete para los de Domenech. Pero lo de Henry no es en absoluto novedad, sino que llueve sobre mojado.
FÚTBOL
"La Mano de Dios", la artimaña mítica
Si hay alguien que ha elevado la trampa a la categoría de mito ése ha sido Diego Armando Maradona con su Mano de Dios. Corría el 22 de junio de 1986 en el estadio Azteca de Ciudad de México, en los cuartos de final del Mundial que enfrentaba a Argentina con Inglaterra, cuando El 10 arrancó una jugada, el defensa Steve Hodge falló a la hora de despejar dejando el esférico muerto y bombeado en su propia área para que surgiera Maradona y, con la mano, superara la salida de Peter Shilton y acercara al título Mundial a Argentina. La albiceleste estuvo también en el ojo del huracán cuando Carlos Salvador Bilardo, del que se dice que pinchaba con alfileres a sus rivales en su época de jugador, reconoció que en el Mundial de Italia"90 mandó "dopar" a los jugadores de Brasil. En un momento en el que el partido estaba parado, el masajista argentino ofreció a Branco un botellín con agua a la que se le había añadido una sustancia que provocaba somnolencia. El brasileño denunció durante muchos años esta artimaña, pero nadie le hizo demasiado caso.
También es recordada la trampa que intentó colar Roberto Rojas, el que fuera portero de la selección chilena. En un encuentro clasificatorio para el Italia"90 en el que Chile necesitaba la victoria contra Brasil y perdía por 1-0 en Maracaná, el meta simuló haber sido alcanzado por una bengala lanzada por la afición carioca cuando las cámaras demostraron que el artefacto había caído a dos metros de distancia. Tiempo después reconoció que se había autolesionado provocándose un corte en la cara con un bisturí que llevaba escondido en uno de sus guantes, siendo sancionado a perpetuidad. Algo parecido, aunque no tan exagerado, hizo Dida, portero del Milan, en 2007 en un encuentro de la Liga de Campeones ante el Celtic, cuando simuló haber sido agredido por un hincha escocés que había saltado al campo.
motor
Piquet se estrelló en Singapur por el bien de Renault
Los deportes de motor, donde todo el mundo busca el límite en el apartado tecnológico y normativo y en la pista, son también propicios al desarrollo de todo tipo de artimañas. La más flagrante de los últimos tiempos aconteció en la Fórmula 1 en 2008. Tras ser despedido por Renault, Nelsinho Piquet denunció que el accidente que sufrió en carrera el año pasado en el trazado asiático fue premeditado y propuesto por Flavio Briatore y Pat Symonds con el objetivo de favorecer los intereses de su compañero Fernando Alonso, que acabó ganando la carrera. La FIA dio la razón al brasileño, lo que hizo que Briatore y Symonds tuvieran que abandonar sus cargos. El Gran Circo también ha vivido otros episodios polémicos, como el caso de espionaje de McLaren a Ferrari en 2007 o la sanción de dos carreras recibida por BAR-Honda en 2005 al ser descubierto en sus monoplazas un depósito de gasolina escondido.
Tampoco el motociclismo vive al margen de este tipo de casos. En el Gran Premio de Qatar de 2004, Valentino Rossi se vio obligado a partir desde la zona sucia de la pista después de que Sete Gibernau lograra la pole. Para tratar de tener más agarre, Rossi se dedicó la noche anterior a quemar goma con una scooter en la zona de salida, pero el truco fue denunciado por el equipo del piloto catalán e Il Dottore fue sancionado a salir desde el fondo de la parrilla.
boxeo
El mordisco de Mike Tyson a la oreja de Holyfield
Quizás se trate de una de las imágenes deportivas que más fijas se han quedado en la retina de los aficionados. El 28 de junio de 1997, Mike Tyson y Evander Holyfield se enfrentaban con el título de los pesos pesados en juego, pero la pelea tuvo que ser detenida en el tercer asalto, ya que El terror del Garden fue descalificado por morder y arrancar un trozo de oreja a su contrincante. Muchos años antes, en 1983, tuvo lugar uno de los mayores escándalos producidos en un cuadrilátero. Luis Resto se impuso al emergente Billy Collins Jr. en el Madison Square Garden, pero tras la pelea se constató que el entrenador del vencedor había manipulado los guantes de su pupilo, quitándoles gran parte del relleno para que sus golpes fuesen más contundentes. Años más tarde, el propio Resto reconoció que, además, sus vendajes habían sido endurecidos con yeso. Collins sufrió severas lesiones oculares y falleció en accidente de coche nueve meses después de aquella pelea. Los jueces también han dado mucho que hablar en este deporte. Destaca el caso de los Juegos Olímpicos de Seúl"98, donde el local Park Si-Hun fue declarado campeón de los pesos medios ante Roy Jones a pesar de que ni siquiera había conectado un tercio de los golpes que su rival (32 a 86). El COI abrió una investigación y se demostró que tres jueces habían recibido tratos de favor, pero el resultado se mantuvo.
atletismo
Carreras de larga distancia... y a motor
Además del caso de Fred Lorz, el hombre que ganó el maratón de Saint Louis"04 cubriendo parte del recorrido en coche, en Estados Unidos fue muy sonado el caso protagonizado por Rosie Ruiz. En 1980, Ruiz se impuso en el prestigioso maratón de Boston con un tiempazo que se convertía en una nueva plusmarca de la prueba: 2 horas, 31 minutos y 56 segundos. Las sospechas aparecieron pronto, no en vano nadie recordaba haberla visto correr y su marca suponía una mejora de 25 minutos con respecto al tiempo que empleó seis meses antes en New York. Finalmente, se demostró que Ruiz no había cubierto los 42,195 kilómetros, sino que había aparecido de entre el público cerca de la línea de meta para cubrir sólo el último tramo. Poco después se supo que también en New York había hecho trampas, ya que había cubierto en metro parte del recorrido.
baloncesto
Escándalo de España en los Paralímpicos
Es, probablemente, uno de los episodios más bochornosos que ha protagonizado el deporte mundial en los últimos años. En Sydney"00, España se ganó el oro en baloncesto para discapacitados psíquicos, pero pocos meses después se demostró que diez de los doce jugadores que componían la selección no sufrían ninguna minusvalía psíquica. Un periodista, Carlos Ribagorda, se infiltró en el equipo y denunció que se eligió a los jugadores de forma deliberada y que ni siquiera pasaron controles psicológicos. Esta lamentable actuación provocó dimisiones en el Comité Español y la devolución de las preseas doradas.
Mucho antes, el 18 de enero de 1962, Pedro Ferrándiz ordenó anotar una autocanasta a su jugador Lorenzo Alocén. Fue en un Ignis Varese-Real Madrid de la Copa de Europa de baloncesto. El partido estaba empatado a cinco segundos del final, pero en eliminatoria de ida y vuelta, al Real Madrid, muy mermado de efectivos, no le interesaba ir a la prórroga. Alocén anotó en su canasta y el resultado final fue Ignis, 82-Real Madrid, 80. No fue algo improvisado, ya estaba previsto desde por la mañana en el hotel. En el partido de vuelta, el Madrid ganó por más de 20 puntos y se clasificó. Después de aquel episodio, la FIBA cambió el reglamento y anotar en la propia canasta de forma voluntaria no está permitido.
otros deportes
Sangre falsa, limas de uñas e interruptores
Ningún deporte se salva de las trampas. Por ejemplo, en el rugby saltó recientemente a la palestra que en los cuartos de final de la última Heineken Cup, Tom Williams, jugador de los Harlequins de Inglaterra mordió una cápsula que contenía sangre falsa para que su equipo, al que no le quedaban cambios, pudiera sustituirle e introducir en el campo a un pateador. En el béisbol también hay lugar para los listillos. En 2004, Sammy Sosa, el primer bateador en lograr más de 60 homme runs en tres temporadas, recibió una sanción de siete partidos después de que los árbitros encontraran corcho en uno de los bates que partió durante un partido (el jugador aseguró que lo hizo sin intención, que se trataba de un bate utilizado en entrenamientos). Años atrás, en 1987, el pitcher Joe Niekro fue sorprendido en pleno partido con papel de lija y limas de uñas en los bolsillos, utensilios que usaba para modificar las bolas con el fin de que éstas hicieran efectos extraños al ser lanzadas. Más sofisticado fue el invento del pentatleta ruso Boris Onischenko, quien en la década de los 70 trucó su espada con un dispositivo que le permitía apuntarse tocados en el momento que el quería y sin la necesidad de impactar en su rival, aunque finalmente fue descubierto.
Ni siquiera la hípica y el golf se han librado de los tramposos. En la primera modalidad es conocido el caso de Sylvester Carmouche, quien en 1990 ganó en Louisiana aprovechando la niebla, ya que se retiró de la pista en un momento de nula visibilidad para regresar en cabeza cuando quedaba la última vuelta y ganar por 24 cuerpos; mientras que en la segunda todavía hay gente que se sonroja cuando se les recuerda el nombre de David Robertson, quien en 1985 recibió una sanción de 30 años después de que se demostrara que cambió la ubicación de sus bolas, acercándolas al green, en la ronda de calificación del Open Británico.
Tyson muerde la oreja de Holyfield. Piquet, se estrelló a propósito en Singapur. Thierry Henry utiliza el brazo para controlar el esférico. Sammy Sosa usó un bate con corcho.
la polémica en el deporte
Tom Williams mordió una cápsula con sangre falsa. Pedro Ferrándiz ordenó anotar una autocanasta.
Simulación con muñecos Lego de la "Mano de Dios" de Maradona.
Rosie Ruiz ganó el maratón de Boston en 1980 con una gran plusmarca, pero sólo corrió el último tramo
Pedro Ferrándiz ordenó en 1962 a un jugador que anotara una autocanasta para evitar ir a la prórroga