“La receta del Azkena Rock Festival siempre es casi la misma y funciona. Es como los guisos de la amama” y por eso, a pesar de todas las dificultades de los dos últimos años y de la saturación de agendas actual, el certamen se prepara para cumplir 20 años junto a miles y miles de personas. De hecho, como apunta el responsable de la promotora Last Tour, Alfonso Santiago, “vamos a vivir por ejemplo el jueves con la mayor asistencia que nunca se ha registrado en una tercera jornada”. 

Es más, la recuperación de este día –que se mantendrá para 2023– es uno de los regalos que el festival nacido en 2002 se va a dar, un presente que supone recuperar una jornada perdida en 2013 a causa de la crisis económica. En este contexto, se espera que jueves, viernes y sábado, la asistencia ronde en total las 46.000 personas (entre 15.000 y 16.000 por día). Incluso el camping “está en cifras históricas”, también por los problemas de alojamiento en la ciudad.

“Estoy igual o incluso más nervioso que en 2002” apunta Santiago tras dos años “muy duros y difíciles” en los que, eso sí, “hemos podido seguir también gracias al apoyo por parte de las instituciones durante 2020 y 2021”, con referencia explícita al Ayuntamiento de Vitoria y la Diputación Foral de Álava. Junto a ellas y otros apoyos, como el del medio oficial DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, se vivirá un 2022 “ilusionante” en el que recuperar los niveles de calidad de 2019, preparando además un 2023 “que será muy fuerte, aunque no vamos a desvelar ningún nombre hasta septiembre”.

Eso ya llegará. Lo más inmediato es lo que sucederá esta semana. Desde ya, la calle Postas ya se ha convertido en el Paseo de la Música a través de 70 pegatinas que recogen nombres de artistas y bandas que ya han estado en el evento o que van acudir este año. Será uno de los extras de un 2022 en el que en Mendizabala habrá hasta autos de choque, un guiño también a los más pequeños que acuden al recinto junto a sus progenitores.

Son detalles que vienen a sumarse a lo importante, a la música en directo. Y aunque el ARF tiene un “público muy fiel”, también porque es un “festival único, con carácter”, Santiago no puede esconder su preocupación por el contexto en general de una escena cultural sobresaturada de oferta. “Estamos viendo cosas y decisiones que no conocíamos en el mundo de la música, que es algo que creo que tiene que ver también con el punto de nerviosismo que existe”.

Por ahora, hay que centrarse en el ARF y disfrutarlo. Y en este punto hay que tener una serie de cuestiones en consideración. Primero, que todos los pagos en el recinto del festival, desde comida y bebida a merchandising y atracciones, se realizarán con el sistema electrónico cashless integrado en las pulseras de acceso al recinto. Cada persona podrá vincular su entrada a su cuenta a través de este enlace si desea hacer la recarga online o podrá hacerlo en efectivo o con tarjeta en los puntos físicos de recarga habilitados en el recinto. El saldo podrá ser consultado en cualquier punto de recarga y en los dispositivos de cobro. El monto sobrante se devolverá de manera automática en el caso de las recargas realizadas online. En el caso de las recargas realizadas en puntos físicos, la devolución podrá solicitarse en el propio recinto o del 22 de junio al 1 de julio a las 23:59 en la web del festival, con un coste de transferencia de 1,5 euros, para lo cual es imprescindible conservar la pulsera.