“Cuando empecé a escribir esta historia en 2009, sí que pensaba que estaría bien ser longevo; ahora, no”
Con ‘El camino del padre’ bajo el brazo, Eva García Sáenz de Urturi regresa este viernes a su ciudad natal para encontrarse con el público a las 19.00 horas en El Corte Inglés
La saga de los longevos se cierra. Con La vieja familia y Los hijos de Adán, Eva García Sáenz de Urturi consiguió hace más de una década su primer gran éxito, una historia que se completa con El camino del padre (Planeta). Este viernes, la escritora vitoriana vuelve a su cuidad natal dentro de la gira de presentaciones de libros que está llevando a cabo.
¿La muñeca ya cansada de tanto firmar libros?
–(Risas) Lo llevo bien, pero, bueno, por suerte voy a un fisio y trabajo para tenerla en perfecto estado.
Satisfecha, seguro, pero ¿tiene también cierta sensación de liberación toda vez que se han reeditado los dos libros anteriores y ya es una realidad ‘El camino del padre’?
–Sí, sí. Es terminar un ciclo que comenzó en 2012 y que los lectores han mantenido vivo. Querían que se volviesen a editar en papel las dos primeras partes porque estaban agotadas y no había manera de encontrarlas. Además, demandaban el cierre y saber cómo terminaba la historia. Yo este libro lo tenía ya desde 2014. Había hecho toda la documentación, había viajado a lugares como Nueva York, y la novela, para ese momento, estaba escrita hacia la mitad. Es decir, era algo que tenía concluso, aunque después me centré en todo lo que supone la serie de la Ciudad Blanca y en Aquitania. Pasado eso, pensé que era el momento de cerrar la historia de los longevos y continuar con la siguiente de Kraken. Durante todo este tiempo es verdad que los lectores se han ocupado mucho de recordar que faltaba esta tercera parte.
“Hay dos o tres grandes sorpresas que están haciendo ahora que a los lectores les explote la cabeza”
Hay un tema siempre presente en sus libros, la familia.
–Sí porque yo creo que la familia es la unidad básica de conflicto. En cuanto tienes un padre, un hijo, una pareja o dos hermanos, ya tienes la posibilidad literaria y narrativa de, al menos como escritora, imaginar un conflicto. Y el conflicto es la base de la novela. Con lo cual, si llenas tu libro de padres, hermanos, hijas... siempre vas a tener oportunidades de explicar desde ahí todo lo que quieras.
Esta es una familia un tanto particular. A lo largo de los tres libros se plantean cuestiones sobre la vida, sobre qué haría cada persona si viviese tantos años. Esta es una sociedad que avanza hacia vivir más años, pero no sé hasta qué punto eso es vivir mejor.
–En eso estás muy acertado. Si la novela ha calado tanto es porque la gente ha entrado en esa premisa y se ha proyectado mucho en los personajes. Y todo el mundo que ha leído los libros se ha hecho esa pregunta frente al espejo. ¿Y si a mí me pasa, y si la ciencia consigue frenar el envejecimiento de manera masiva, y si acabamos viviendo de media 120 años y después 200 y después...? Estamos normalizando ahora tener supercentenarios, es decir, gente de más de 110 años. En Álava, de hecho, cada vez tenemos un cupo de centenarios y supercentenarios más importante. Ahora mismo estamos todos llegando a edades más elevadas en buen estado de forma, tanto física como mentalmente. Lo que hago en la novela es estirar muchísimo la premisa porque me parece interesante.
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A petición del público
¿Se imagina a la Eva García Sáenz de Urturi longeva?
–Cuando empecé a escribir esta historia en 2009, sí que pensaba que estaría bien ser longevo, pero después de llevar 16 años haciéndome todo tipo de planteamientos para meterme en la piel de ellos, mi conclusión es que preferiría que no. Preferiría no vivir milenios ni que mi entorno viviese milenios. Pienso que sería bastante agotador vivir tanto. Llegaría a un momento de cansancio vital.
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Decía antes que el público llevaba tiempo pidiendo este cierre y, aunque es imposible satisfacer a todo el mundo, ¿le ha condicionado esa expectativa del público?
–No, no, porque, en realidad, esta novela la resolví en 2014. Me documenté, cree toda la escaleta de escenas y ya estaba con el primer borrador. Desde entonces tenía muy claro cuál iba a ser el final y las dos o tres grandes sorpresas que hay y que están haciendo ahora que a los lectores les explote la cabeza. Sí que he aprendido estos años que si tengo cuatro millones de lectores, cada uno quiere que suceda algo determinado con los personajes. Con Kraken, por ejemplo, escuchas: cásalo con Alba, ni se te ocurra casarlo con Alba, ni se te ocurra matar al abuelo, mata al abuelo... (risas). Una persona te pide una cosa y la siguiente la contraria. Así que sabes que, hagas lo que hagas, siempre va a haber alguien que diga: pues a mi me hubiera gustado que... Escribir desde ahí me da mucha libertad. Lo que busco en todos mis personajes es coherencia. Todos, o por lo menos los principales, van cambiando y evolucionando a lo largo de las historias. Tienen una lección dura que aprender. Pero todos tienen coherencia. No puedo hacer, por ponerte un ejemplo, como en Juego de Tronos, que hagas que el público ame a Daenerys Targaryen y en el último capítulo convertirla en una genocida. A eso me refiero con coherencia.
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Primeros pasos
Vamos a echar la vista atrás, a esa Eva de 2008 o 2009 que era una debutante en el sector literario creando esta saga de los longevos. ¿Qué pensaba del mundo de la literatura en ese momento?
–Fíjate, lo veía con mucha distancia. No tenía ningún contacto ni conocía a nadie. Metiéndome en foros y viendo lo que comentaba otra gente que también estaba empezando, no quería entrar en ese mundo. Había estado diez años en el sector de la óptica y había tardado tres años en sacarme una oposición y ser funcionaria de carrera en la universidad. Ya acababa de cambiar de sector y pensaba que iba a ser funcionaria de por vida. No pensaba en volver a cambiar de sector, para nada. El éxito que tuvo la saga de los longevos fue tan sorprendente, viral y masivo que fue un factor que me cambió la vida. Me empujó a otra novela y a otra novela y cada vez con más éxito. Hasta el punto en que tuve que dejar mi trabajo porque era imposible hacerlo compatible. Pero en aquel momento, para nada quería volver a cambiar de sector y empezar de nuevo desde cero. Claro, quién me iba a decir todo lo que pasó después.
“Lo próximo será la sexta parte de ‘El silencio de la ciudad blanca’ y volveremos a ver a Kraken en Vitoria”
Muchas cosas buenas.
–Si me llegan a decir que voy a tener cuatro millones de lectores... o que voy a triunfar en sitios como los Países Bajos, donde, por lo visto, las novelas de El silencio de la ciudad blanca son un referente. Todo eso, el hecho de ganar un Planeta... son hitos que no suceden en todas las vidas. Soy muy consciente de ello.
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No le voy a preguntar por la próxima novela...
–Puedes hacerlo sin problema (risas). Lo próximo será la sexta parte de El silencio de la ciudad blanca y volveremos a ver a Kraken en Vitoria.
Eso será una gran noticia para mucha gente, seguro. Pero le quería preguntar por la Eva lectora. ¿Le da tiempo o...?
–Sí, sí. La base de la escritura es que seas una buena lectora. Sobre todo, una omnívora. Es decir, no solo leer thriller, o solo histórica, o solo... Dicen que los poetas deberían leer más novela y los novelistas más poesía. Cierto. Yo leo mucho y de todo, también mucho ensayo y mucha biografía. Y sigo leyendo libro de empresa (risas). Era algo que hacía cuando era directiva. Me leía todos los libros de empresa que había, sobre todo para mujeres ejecutivas, que no había muchos en aquel momento. Y sigo leyéndolos. Creo que es por deformación profesional.