Hay unos cuantos kilómetros de distancia entre Aramaio y Londres, pero nada que la música no pueda atravesar. Un claro ejemplo de ello es Bea Asurmendi. Lleva ya unos años residiendo lejos de su localidad natal, recorriendo un camino creativo que ha llevado su voz por salas de conciertos y escenarios bien conocidos. También por estos lares. Pero no es hasta ahora cuando su primer disco, su álbum de debut, se va a hacer realidad. En concreto, este viernes se lanza en su versión digital Asteartea.

Son ocho los temas que componen un trabajo grabado entre Fish Factory Studio (Simone Gallizio) y The Cowshed Recording Studio (James Johnston) en Londres. Se compone así la tarjeta de presentación de la cantante y compositora, autora de las letras y la música, más allá de las colaboraciones puntuales en lo primero de Jon Martin Etxebeste y en lo segundo de Giovanni Cresseri, Gianluca Corona y Maciek Pysz.

Las reuniones

La intención es presentar al público un disco que entrelaza el jazz contemporáneo con la música de raíz, invitando a un viaje sonoro que aborda temas como el duelo, el autoperdón, el amor propio, el empoderamiento femenino y la concienciación sobre la salud mental. Todo ello cantado en euskera, castellano e inglés.

Bea Asurmendi Ione Saizar

El álbum toma como punto de partida la participación de la artista de Aramaio en un círculo de mujeres donde la mitología de las diosas servía como guía para explorar emociones y compartir vivencias de lo femenino. Esas citas eran los martes.

Partiendo de la base de que hice este disco principalmente para mí –como un autorregalo, una forma de autoterapia–, también deseo profundamente que quien lo escuche pueda encontrar en estas canciones un espacio propio, seguro, donde permitirse sentir sin juicio. Que el disco se convierta en una experiencia más que en un producto”, es el deseo de la artista.

Grabación en vivo

El álbum fue registrado en su mayoría en vivo, con la sección rítmica tocando junta mientras Asurmendi cantaba desde una sala separada, lo que permitía una interacción en tiempo real. Algunas de sus improvisaciones vocales se capturaron en el instante, con añadidos posteriores de voces, percusión y chelo. “Quería grabar el álbum casi en vivo para dar espacio a la improvisación y capturar el momento”, explica. 

“Deseo que quien escuche el disco pueda encontrar en estas canciones un espacio propio, seguro, donde permitirse sentir sin juicio”

El trabajo cuenta con Gianluca Corona (guitarra), Giovanni Cresseri (bajo eléctrico y contrabajo), Milena Granci (piano), Filippo Galli (batería), Demi García Sabat (percusión), Yoanna Prodanova (violonchelo), Finn Bradley (trompeta) y Cláudia Marques (coros). Además, están presentes las voces de Judit Neddermann e Idoia Asurmendi.

“Al mirar atrás, siento que este disco es el resultado natural de esa mezcla tan rica y variada con la que he tenido el privilegio de convivir. En casa se escuchaba de todo: por parte de mi padre, bandas de rock; por parte de mi madre, canción de autor. Al mismo tiempo, estudiaba canto clásico y estaba obsesionada con voces como la de Whitney Houston. Por eso Asteartea refleja esa diversidad, esa mezcla de mundos. No me gusta nada poner etiquetas”, dice.