Se propone al público “un viaje a la mente de un hombre roto”, una historia que “nos obliga a mirar más allá del horror, a escuchar al hombre tras el mito”, un libro que se escribe porque “nadie se convierte en sombra de la noche a la mañana”. Así se explica en la contraportada de El alma del Sacamantecas, con el que Olga Fernández Txasko vuelve a la novela. “A mi ama siempre le había oído hablar del Sacamantecas, pero yo pensaba que era el coco, que era un personaje inventado”, sonríe la escritora vitoriana.

La obra se encuentra disponible desde hace unos días, aunque no se descarta que se pueda hacer una presentación oficial en la capital alavesa el próximo otoño, como explica la también coach de vida. Por de pronto, entre las manos de los lectores ya se encuentra una creación que toma como referencia los hechos documentados por Ricardo Becerro de Bengoa y la información de aquella Álava del XIX. Eso sí, en este caso, es la voz de Juan Díaz de Garayo –considerado el primer asesino en serie en España– la que relata. “Cuando te metes a leerlo, estás en su mente”.  

“ Lo que no recibimos en la infancia nos hace adultos inseguros, con enfermedades, depresiones, workaholicos, adictos... y hasta asesinos”

A través de él se hace un recorrido vital que comienza por la época de la infancia, por los primeros años de vida de un niño hijo de un padre alcohólico y una madre que no le trataba nada bien. “La vida que tiene, la nula atención que recibe, la nada de amor que siente...” van configurando al niño y al joven. “Necesita ser visto pero nadie le mira ni le quiere”, describe la autora, al tiempo que remarca que “en ningún momento trato de justificar lo que hizo. Si te hacen daño, tú puedes decidir qué hacer”.

Resalta Fernández Txasko, por ejemplo, ese momento de la vida de Díaz de Garayo en el que tiene “su primera familia; él está y se siente contento”, aunque termina “cayendo en el agujero cuando pierde a la mujer y de ahí ya no puede salir”. Son sensaciones, pensamientos, reflexiones que el propio protagonista va relatando, incluso cuando ya está en la cárcel a la espera de la sentencia final.

Olga Fernández Txasko con un ejemplar de su nuevo libro. Cedida

La importancia del cuidado

Más allá de enganchar al público con este nuevo libro, la autora explica que le gustaría que, con la lectura de la novela, “la gente entienda que la infancia es una época fundamental para cualquier persona. Y que lo que hacemos con los niños y las niñas hace que las personas adultas sean de una determinada manera. Mi objetivo es despertar conciencias para que la gente entienda que un ser humano no nace malo y que la infancia hay que cuidarla mucho más de lo que lo hacemos. Lo que no recibimos en la infancia nos hace adultos inseguros, con enfermedades, depresiones, workaholicos, adictos... y hasta asesinos”.

“No te han tenido que maltratar hasta unos extremos para saber que todos tenemos una vocecita en la cabeza, por así decirlo, que a veces nos frena, nos dice que no servimos o que a veces nos empuja a hacer locuras. Nuestro trabajo como seres humanos es conocer bien esa voz y así conocernos. A Juan esa voz le está diciendo todo el rato que no vale”, describe la escritora.