Fallece Susana Aréchaga, responsable del patrimonio cultural e histórico de la diócesis
Gran divulgadora del arte religioso, era docente, trabajó en este mismo área en el Gobierno Vasco y formaba parte del Consejo de Gobierno de la diócesis siendo la primera mujer en formar parte de este órgano asesor del obispo de Vitoria
El mundo de la cultura en Álava está de luto. En la mañana de este domingo fallecía Susana Arechaga Alegría, responsable episcopal de Patrimonio Histórico-Artístico y Documental de la diócesis de Gasteiz. Nacida en la capital alavesa, tenía 62 años. Historiadora del Arte, discípula de Micaela Portilla, docente, autora de numerosas publicaciones, experta y promotora de arte en el Gobierno Vasco entre otras muchas experiencias, la diócesis gasteiztarra la fichó por su enorme potencial y gran conocimiento en el campo de la cultura.
Además de responsable del Museo Diocesano de Arte Sacro, abrió los templos alaveses como reclamo cultural y turístico de una manera nunca antes vista siendo un hito su campaña estival denominada Grandes Templos de Vitoria-Gasteiz. Su primera edición fue en el verano de 2020, en plena pandemia, convirtiéndose esta iniciativa cultural en la pionera en territorio alavés en ofrecer cultura ante una situación de confinamientos y otras restricciones sociales.
Año tras año esta oferta que muestra de manera especial el patrimonio sacro los meses de junio y agosto ha ido subiendo logrando superar las 48.000 visitas el pasado verano. Coincidiendo con el 25 aniversario del Museo Diocesano de Arte Sacro, ubicado en la girola de la Catedral nueva de María Inmaculada, Aréchaga, en colaboración con la UPV/EHU, organizó un ciclo de conferencias que ha durado desde la primavera de 2024 hasta el pasado mes de abril llenando todas las sesiones organizadas. En la Semana Santa de 2024 las cofradías penitenciales la eligieron pregonera oficial, cuyo mensaje lo rodeó de cultura y patrimonio sacro ligándolo con distintas escenas de la pasión, muerte y Resurrección de Jesús.
Divulgadora
Incansable divulgadora, compaginaba su responsabilidad por el cuidado y promoción del patrimonio religioso con la docencia, siendo sus clases de arte muy demandadas por la claridad expositiva y la riqueza argumental. Otra muestra más de su pasión por el arte y la cultura en su vertiente histórica es haber sido una impulsora del patrimonio musical, creando el pasado año el primer archivo histórico que custodia el rico y variado legado sonoro y artístico ligado a la diócesis que es decir tantocomo ligado a la historia de Álava.
Igualmente hizo con la gran tradición misionera de Vitoria creando en 2023 el Archivo Histórico de Misiones Vascas coincidiendo con el 75 aniversario de la primera expedición misionera alavesa a Ecuador. Además era la responsable del Archivo Histórico de la Diócesis que aglutina históricos documentos desde hace siglos.
Junto con el vicario general, Carlos García Llata, también era la interlocutora con otras administraciones públicas, especialmente con la Diputación Foral de Álava a través de la Comisión Mixta, para colaboraciones en pro de la cultura y del variado patrimonio artístico de la Iglesia, motor cultural y reclamo turístico del territorio.
Mujer cosmopolita
Enorme profesional, gran conocedora e investigadora de la cultura en general y del arte sacro en particular, Susana fue elegida en el inicio del curso de 2022 por el obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, para formar parte del recién creado Consejo de Gobierno de la diócesis, siendo la primera mujer en participar junto con Maite Sebal, directora de Cáritas y la religiosa sor Begoña Zarco, directora del colegio Inmaculada de Abetxuko. Se trataba pues de otra barrera que derribó al ser la primera vez que la diócesis de Vitoria incorporaba a una mujer en órganos de asesoramiento y gobierno episcopal con la presencia y consideración de la responsable de patrimonio artístico y cultural diocesano.
Logró como nadie promover el estudio, la conservación, la restauración, la difusión y la utilización del patrimonio artístico y documental como una herramienta de evangelización y también de apertura hacia la sociedad alavesa. Asesora de parroquias y cofradías, sentó también las bases para una fructífera y coordinada colaboración con otras áreas y departamentos tanto diocesanos como civiles así como con la Universidad del País Vasco en favor de la protección del patrimonio sacro.
Desde hacía más de tres décadas era miembro de la parroquia de la Sagrada Familia, en el parque de El Prado, colaborando primero como catequista de niños y luego con distintas edades. Era socia de Aspanafoa, la entidad de padres de niños con cáncer de Álava, de la que también fue socio su marido, Carlos Fernández de Landa, fallecido en 2021. Y es que ambos tuvieron un hijo, Gonzalo, quien murió a consecuencia de un cáncer con 17 años.
Tras una corta pero intensa enfermedad, esta responsable diocesana deja un enorme vacío a nivel diocesano y también a nivel social y cultural. El Obispado de Vitoria agradece su vida y su dedicación durante los ocho últimos años al frente de la cultura diocesana y del patrimonio artístico. Todos la que la conocieron lamentan su pérdida y coinciden en el gran legado que deja y en su gran capacidad humana y profesional.